- “Los rafaguearon, tenían el tiro de gracia como si fueran delincuentes”, señalan los padres
- María Lorena, madre de unos de los jóvenes asesinados en un negocio de videojuegos de Uruapan, comentó que su hijo tenía el sueño de formar una familia y poner un ‘negocito’
MIGUEL GARCÍA TINOCO
EXCÉLSIOR/MICHOACÁN
Miguel Ángel, tenía 13 años, cursaba la secundaria y era muy amiguero, dice su padre.
Es una víctima inocente, él tiene 13 años y estaba estudiando, no tenía ninguna malicia de nada, no tomaba, no fumaba, él solo era amiguito de todos los de su colegio, ahora sí que era amiguero y muy divertido que era mi hijo”, comentó Miguel Ángel, papá de uno de los menores asesinado en una tienda de videojuegos, ubicada en Uruapan, Michoacán.
El padre de este adolescente, recuerda que salió a trabajar la mañana del lunes y a eso de las tres de la tarde recibió la llamada telefónica para ser informado de la tragedia.
“Lo que encontré fue todo ahí, todos los cuerpos tirados incluyendo el de mi hijo; inmediatamente me acerqué a él, le hablé, le gritaba, le agarraba la cara, le levantaba la cabeza y le agarraba las piernas, los brazos, todo, le hablaba le decía su nombre para que me contestara aunque sea algo un aliento, no sé, pero ya no pudo contestarme nada, le chequé los signos vitales de sus manos, de su cuello ya no tenía”, agregó Miguel Ángel.
Otra víctima de la masacre del lunes 3 de febrero en Uruapan, es Christopher, de 18 años, quien, según su madre, María Lorena, también recibió el tiro de gracia.
“Estaban todos apilados, como si llegaron y los arrinconados y ahí los rafaguearon, todos con el tiro de gracia como si fueran benditos delincuentes, no, eso no justo, no es justo”, comentó la mujer.
María Lorena recuerda a su hijo como un joven alegre y lo considera una víctima inocente.
“Christopher estaba estudiando barbería, él tenía el plan de poner un negocio al lado de su novia; él tenía pensado formar una familia con la muchacha en el futuro y poner su negocito”, relató la madre.
Recuerda a su hijo Christopher como bromista y también se ufana de siempre traerlo vigilado y advertido para que no hiciera maldades.
Sé lo que hacía mi hijo porque nos teníamos mucha confianza, conocía a todos sus amigos, yo con todos mis hijos he procurado hablar siempre, yo le decía cuidadito que el día que hagas algo, que yo me entere porque si yo me entero yo mismo voy y te entrego, agregó.
María Lorena y Miguel exigen justicia, no comprenden cómo Uruapan está sumido en una ola de violencia interminable.