Figueroa fue su enlace para hablar con grupos delictivos, revela Rangel
*El prelado señaló que el ex mandatario estatal Rubén Figueroa Alcocer intervino para que hablara con los dirigentes del grupo de Los Ardillos en Chilapa
*“Yo le reconozco a don Rubén el apoyo que nos dio tanto en esta zona Chilapa y Tierra Caliente”, expuso el obispo
*Entre los líderes de grupos delictivos que dialogó figuran El Nencho, Isaac Navarrete Celis, El Carrete y el teniente Juan Castillo Gómez, así como los hermanos Celso e Iván Ortega Jiménez
AMAPOLA PERIODISMO
CHILPANCINGO, GRO.
El obispo Salvador Rangel Mendoza que se despide por jubilación de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, dice que dialogó con casi todos los grupos criminales de Guerrero para tratar de pacificar el estado.
Reveló que uno de los personajes que intercedió para hablar con ellos fue el cacique y ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, cuyo padre, también ex gobernador, Rubén Figueroa Figueroa es conocido por su gobierno represivo de la época de la llamada “Guerra Sucia”, en los años 70.
En entrevista que ofreció después de oficiar una misa en la catedral de La Asunción de María ubicada en el centro de Chilpancingo, Rangel dio los nombres de todos los grupos delictivos con los que habló y que según él fue para frenar la violencia.
Rangel Mendoza asumió esta diócesis en un contexto de crispación social, en el 2015 supliendo al obispo Alejo Zavala Castro.
Contó que desde que fue designado por el Papa Francisco en este obispado él ya estaba enterado de la situación de violencia en Guerrero y a lo que él se enfrentaba.
Por eso decidió buscar a los líderes de grupos delictivos para dialogar con ellos.
Su llegada
El obispo nació en Tepalcatepec, Michoacán, el 23 de abril de 1946. De acuerdo a los datos de la misma diócesis fue vicario en San Francisco de Acámbaro, en Morelia, Michoacán; sacerdote en otras iglesias de su estado, hasta 1997 que dirigió el Seminario Menor Franciscano, orden a la que pertenece.
Fue nombrado obispo de Huejutla por Benedicto XVI, el 12 de marzo de 2009, ordenado el 5 de junio del mismo año.
Su último viaje: el 20 de junio de 2015. El papa Francisco lo trasladó de Huejutla a la diócesis de Chilpancingo-Chilapa nombrándolo obispo. Tomó posesión el 18 de agosto del mismo año.
El obispo ha recibido en su casa a decenas de activistas, periodistas y académicos sorprendidos por su figura y declaraciones controversiales. En esta última entrevista, minutos antes de entregar formalmente la diócesis hizo mención del municipio de Chilapa en donde platicó con los dirigentes del grupo criminal de Los Ardillos y para lograr un acercamiento con ellos intervino el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer.
Interlocutor de
líderes criminales
Sin decir los nombres de los líderes de esta organización se presume que el obispo platicó con Celso e Iván Ortega Jiménez quienes operan desde el municipio de Quechultenango.
El prelado señaló que el ex mandatario estatal Rubén Figueroa Alcocer intervino para que hablara con los dirigentes del grupo de Los Ardillos en Chilapa.
«Yo no sé qué relación tengan ellos (del ex gobernador con los líderes de esa organización) pero en la pacificación particularmente la de Chilapa sí intervino don Rubén, moviendo sus hilos su mediación. Yo por eso le reconozco a él ese detalle», dijo.
Contó que también recurrió a Figueroa Alcocer cuando tenía que entrar a la región de la Tierra Caliente después de que fue designado administrador apostólico de la diócesis de Ciudad Altamirano.
En esta zona de Guerrero, la organización que la mantiene bajo control es la Familia Michoacana.
«Cuando me fui de administrador apostólico a Tierra Caliente, le pedí a él, Figueroa, porque cuando fue gobernador conocía a todas estas gentes y yo le pedí que me recomendara».
De hecho, la primera vez que estuvo allá fue en Arcelia. Fue a consagrar un templo y en la comida vio que había gente especial y así en son de broma les preguntó: “A quién se le va a pedir la visa para entrar a Tierra Caliente”, se rieron todos. Le dijeron que ya todo estaba arreglado.
«Yo le reconozco a don Rubén el apoyo que nos dio tanto en esta zona Chilapa y Tierra Caliente», expuso el obispo.
Rangel Mendoza consideró que el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer que a pesar de tener más de 80 años de edad es un político con experiencia.
El priísta Figueroa Alcocer asumió la gubernatura de Guerrero en 1993 pero en marzo de 1996 renunció al cargo después de que la policía estatal asesinó a 17 campesinos de la Organización Campesina del Sur (OCSS) en Coyuca de Benítez.
Las organizaciones sociales y familiares de las víctimas de esa matanza acusan a Figueroa de esos hechos.
«Yo no estoy en la piel de don Rubén Figueroa Alcocer, pero es un hombre de muchas relaciones», dijo Rangel, quien este martes será suplido en la diócesis Chilpancingo-Chilapa por el obispo José de Jesús González Hernández.
El 5 de diciembre del 2019, en la fiesta de cumpleaños del ex gobernador Figueroa que se celebró en un salón de un hotel de Chilpancingo fue invitado en su calidad de obispo.
Sus diálogos
Rangel Mendoza, aseguró que ningún grupo de la delincuencia con los que dialogó para «pacificar» Guerrero, le dieron dinero.
Dijo que platicó con el líder del Cártel del Sur, Isaac Navarrete, también con dirigentes de las agrupaciones de municipios del norte del estado.
Otros líder criminal con quien habló fue el Teniente Juan Castillo Gómez, asesinado en la Sierra en agosto del 2019.
Con otro capo que el obispo platicó fue con Santiago Mazari Hernández, alías «El Carrete» detenido en agosto del 2019 en una comunidad del municipio de Heliodoro Castillo y actualmente está preso en una cárcel del estado de Morelos.
El obispo dijo que también se reunió con Onésimo Marquina, «El Nencho», líder de Los Tlacos, un grupo criminal local que opera en la Sierra.
En el 2018, líderes de la policía comunitaria de Tlacotepec amenazaron con detener y reeducar al obispo Salvador Rangel de tener nexos con grupos de la delincuencia.
Éste señaló a los de la policía comunitaria de haber desplazado por la fuerza a cinco comunidades del municipio de Leonardo Bravo. A tres mil personas.
Estas autodefensas que operan en la Sierra tienen nexos con el grupo de Los Tlacos.
El obispo comentó que entre las cuestiones pendientes que deja, está el pacificar los municipios de la zona Norte del estado y aquí en Chilpancingo, zona Centro.
«Falta consolidar la paz aquí en Chilpancingo ya que aquí en la capital se metió un grupo después de que se fue otro y todavía hay acontecimientos serios de violencia», dijo.
Al concluir la misa que ofició en la catedral, los feligreses le aplaudieron al obispo. Él los invitó para el próximo sábado en este lugar para festejar su cumpleaños. «Pueden traer guajolotes para la fiesta», bromeó, Rangel Mendoza