*El Gil, testigo protegido, afirma que el ex procurador de Guerrero cobraba en la nómina de Guerreros Unidos
*Vidulfo Rosales reconoce que la investigación de la FGE es sólida, pero se queda corta, pues no permite saber cual fue el destino de los 43 normalistas de Ayotzinapa
*Hay una versión que señala que 38 jóvenes fueron enterrados en fosas clandestinas, y se debe investigar, precisa
ROGELIO AGUSTÍN/SNI
CHILPANCINGO, GRO.
El abogado de los padres de los 43, Vidulfo Rosales Sierra, sostuvo que al ex fiscal Iñaky Blanco Cabrera le interesa que no se tome en cuenta el testimonio de Gildardo López Astudillo, quien es el testigo protegido apodado “Juan”, porque él lo señala directamente de estar vinculado con Guerrero Unidos (GU), grupo criminal al que se responsabiliza de los ataques perpetrados la noche del 26 de septiembre de 2014.
La jornada del lunes, el abogado Blanco Cabrera, ex titular de la FGE sostuvo que Rosales Sierra ha variado sus posicionamientos en torno al caso Iguala, dependiendo de los elementos que han surgido.
A manera de ejemplo, dijo que en su momento, el abogado Rosales respaldó lo dicho por un testigo colaborador de la FGR, aún teniendo la certeza de que se trataba de uno de los principales perpetradores de la agresión desatada en contra de los estudiantes de la Normal Rural de Aytzinapa.
Sin embargo, dijo que la postura cambió cuando se dieron a conocer unos chats de supuestos elementos del Ejército Mexicano y policías de la ciudad de Iguala.
Rosales Sierra negó que tenga variación en sus posicionamientos, por lo que explicó: “Lo que pasa es que yo voy manejando al tenor de la información que se va recibiendo, hay líneas de investigación que van surgiendo y que se deben investigar con profesionalismo”.
Indicó: “Si vemos que hay una línea de investigación de un testigo protegido, que da una serie de informaciones, y si yo tengo un testigo protegido que se llama Juan, que está diciendo que los estudiantes fueron divididos en diferentes grupos y llevados a diferentes lugares, pues debo de investigar”.
Rosales admite que “Juan” es en realidad “El Gil”, Gildardo López Astudillo, uno de los líderes del GU en Iguala en el momento en que se generaron los ataques, por lo que agrega: “Si tengo un testigo que dice que varios estudiantes fueron desaparecidos por policías estatales, pues se debe investigar; Juan dice que hay un grupo de jóvenes que fue agredido por policías estatales y otro por elementos del Ejército. ¿Por qué razón no debo atender esa línea? Lo que pasa es que él no quiere que se le otorgue valor porque lo señala, dice que él cobraba en la nómina de Guerreros Unidos”.
Admite que está comprobado que “Juan” es un integrante del GU, en consecuencia un miembro de la delincuencia organizada, de tal suerte que está colaborando con la investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) porque participó en los hechos.
Y sostiene: “No se puede descalificar dicho testimonio sólo porque Iñaky sale señalado, él como jefe de ministerios públicos sabe que ese asunto se debe de atender; si lo señala pues es otro tema”.
Respecto a los chats de Ejército, indicó que se trata de una línea más que también se debe de investigar, porque ahí se anota que 38 de los 43 jóvenes fueron llevados a fosas clandestinas, lo que se debe indagar de manera exhaustiva y profesional, porque hasta el momento no se tiene una teoría contundente de lo que pasó con los normalistas.
Investigación firme
pero acotada
Vidulfo Rosales comentó que de manera recurrente, el ex fiscal y el ex gobernador Angel Aguirre Rivero se refieren hacia las investigaciones que realizó la Fiscalía de Guerrero y señalan que fueron sólidas y que se mantienen firmes.
Dicha aseveración, de acuerdo con el litigante, se debe acotar al hecho de que se refiere a los momentos de la detención de los jóvenes, que se generó alrededor de las once de la noche del viernes 26 d septiembre.
“Hasta ese momento todo esta clarificado; quienes fueron los que los detuvieron a los estudiantes y cómo se dio la agresión, pero después de las once de la noche ya no sabemos qué fue lo que pasó. Ahora la investigación se centra en saber qué es lo que pasó después, ¿A quién se entregaron los estudiantes y también a dónde fueron llevados? Porque la parte hasta la que llegó la Fiscalía de Guerrero no tiene mayor trascendencia en lo que se refiere al destino de los normalistas”.
Y sostuvo: “Alardear y decir que si ellos llevaran la investigación esto ya se hubiera dilucidado, es faltar el respeto a lo que realiza el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)”.