*“Seguiré esperando a que se conozca la verdadera historia y sólo me quedo con la frase que alguna vez acuñara el comandante Fidel Castro: La historia me absolverá”
ALINA NAVARRETE FERNÁNDEZ
RÉPLICA/CHILPANCINGO, GRO.
El exgobernador Ángel Aguirre Rivero informó que los primeros 15 días después de los ataques del 26 y 27 de septiembre del 2014, el Gobierno Federal “minimizó” los hechos bajo el argumento de que “se trataba de un tema local” que él mismo tenía que resolver.
A través de sus redes sociales oficiales, Aguirre Rivero compartió un mensaje en el que aseguró que “cuesta trabajo asimilar que el Presidente (Enrique Peña Nieto) haya escuchado la sugerencia de un junior, sin ninguna experiencia en política como Aurelio Nuño, entonces jefe de la Oficina de la Presidencia, de que no se involucrara en este asunto”.
Recordó que en su momento instruyó al titular de la entonces Procuraduría General del Estado, Iñaky Blanco Cabrera, para que acudiera al lugar de los hechos, “procediendo a la detención de 27 policías municipales que a la fecha ninguno ha sido puesto en libertad por el riguroso procedimiento que se siguió”.
Señaló que llama la atención el hecho de que “se nos negó todo tipo de apoyos por parte del Ejército y la Policía Federal, y no sólo eso, Tomas Zerón mantuvo retenido a Iñaki Blanco para su posible consignación”.
Además, “el entonces jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR (Tomás Zerón) se empecinó en involucrarme con nexos con la delincuencia organizada, para que obviamente yo también fuera detenido, lo cual no prosperó porque nunca tuve la más mínima relación con estos grupos delictivos”.
En ese sentido, deseó que “muy pronto” se consiga la extradición de Tomás Zerón de Israel, “para aclarar cabos sueltos”.
Añadió: “Hoy se reconoce que las bases de la investigación las sentó el procurador Iñaki Blanco, ¿qué hubiera pasado si éste hubiera continuado con la investigación?, ¿por qué incluso se nos negó la coadyuvancia en este lamentable caso? Tal vez estaríamos hablando de otra historia”.
Manifestó que las autoridades federales “muy tarde se dieron cuenta de que el tema escalaría y rebasaría las fronteras nacionales, muy tarde se dieron cuenta que el asunto era de carácter federal por tratarse de grupos de la delincuencia organizada”.
Sin embargo, especuló que la federación confió en que con su salida del Gobierno del Estado el hecho se acallaría y toda la responsabilidad caería sobre su persona.
Contó que recientemente se reunió con un senador amigo suyo, “a quien le tocó vivir de cerca el debate sobre estos hechos, quien me narró: ‘Iba yo entrando al Senado cuando Carlos Navarrete en ese tiempo dirigente nacional del PRD, ponía tu cabeza sobre la mesa’. Me dieron ganas de vomitar”.
Reclamó que no se ha investigado el rol que jugaron los entonces dirigentes del PRD “en esa trama política”.
Finalmente, apuntó, “seguiré esperando a que se conozca la verdadera historia y sólo me quedo con la frase que alguna vez acuñara el comandante Fidel Castro: La historia me absolverá”.