Mujeres protestan en CDMX por muerte de Debanhi Escobar
*Monumentos de la ciudad y diversos espacios públicos fueron tapizados por fichas de búsqueda de miles de mujeres que se encuentran desaparecidas de distintas partes del país
GLORIA LETICIA DÍAZ
CDMX/PROCESO
Durante cerca de cinco horas, las calles de la Ciudad de México fueron escenarios de protesta de cientos de personas ante la imparable violencia contra mujeres en México, que genera al menos 11 asesinatos de mujeres y otras tantas desaparecidas, en el contexto de las manifestaciones por la desaparición y muerte de Debanhi Escobar en Nuevo León.
Monumentos de la ciudad y diversos espacios públicos fueron tapizados por fichas de búsqueda de miles de mujeres que se encuentran desaparecidas de distintas partes del país, lo que imperó en esta ocasión, más allá de actos de vandalismo como ha ocurrido durante los últimos años.
A diferencia de otras movilizaciones convocadas por colectivas feministas, en esta ocasión hombres, muchos de ellos familiares de mujeres víctimas de feminicidio o desaparecidas, se mezclaron en la marcha portando pancartas en exigencia de justicia y verdad.
La protesta por la violencia se sustenta en datos oficiales. El año pasado el Secretariado Ejecutivo de Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reportó 3 mil 719 homicidios de mujeres, 977 de ellos clasificados como feminicidios, en tanto que en el primer trimestre de este año suman 229 feminicidios.
En cuanto a las mujeres desaparecidas, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO)) tiene registradas 24 mil 689 mujeres y niñas desaparecidas desde 1964, de las cuales casi la tercera parte fueron reportadas durante esta administración, 7 mil 911, del primero de diciembre de 2018 a este domingo.
Después del mediodía, salió de la Estela de Luz una primera marcha, a la que acudieron decenas de personas, feministas así como familias completas, que recorrieron el Paseo de la Reforma, donde hicieron una primera parada en la llamada Glorieta de las Mujeres, donde se encontraba el monumento a Cristóbal Colón, para después dirigirse a la llamada Antimonumenta a unos metros del Hemiciclo a Juárez, donde se tenía programado que terminara.
Sin embargo, las manifestantes decidieron continuar caminando hacia la calle peatonal de Madero, para llegar hasta el zócalo, donde se concentraron para lanzar consignas y exigir justicia para las mujeres víctimas de feminicidio y la búsqueda inmediata de las desaparecidas, y concluir con la composición de Vivir Quintana, “Canción sin Miedo”, que se ha convertido en un himno del movimiento de mujeres.
La movilización se llevó a cabo de manera pacífica, con el seguimiento a distancia de policías del grupo Atenea.
Mientras el primer contingente llegaba al zócalo, colectivas de feministas concentradas en el Monumento a la Revolución se encaminaron hacia las oficinas centrales de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), que habían sido blindados con estructuras metálicas en la víspera, y donde se había comunicado a través de redes sociales que llegaría la manifestación.
Cientos de personas, entre ellas familias completas, familiares de víctimas de feminicidio o de desaparición, llegaron a las oficinas de la FGJCDMX para colocar fichas de búsqueda en las estructuras colocadas para proteger el edificio.
Después de unos minutos, la marcha continuó rodeando el edificio de la Fiscalía, para llegar sorpresivamente frente a las instalaciones de la jefatura general de la Policía de Investigación, donde también se pegaron fichas de búsqueda.
Mientras el contingente se desplazaba hacia las oficinas de la Fiscalía Especializada en Feminicidio, un grupo de mujeres encapuchadas se unió a la movilización y se dirigió a las puertas de la oficina de la Policía de Investigación, intentando destrozar las puertas de vidrio, lo que provocó que desde dentro se les rociara gas de extintor y llegara un amplio contingente de mujeres policías del grupo Atenea.
Algunas mujeres lanzaron líquidos y botellas de agua vacías a las policías que se mantuvieron firmes frente a las instalaciones policiales, para después unirse al contingente que se adelantó a la fiscalía especializada.
Al llegar a la Fiscalía, los asistentes a la manifestación, guardaron un minuto de silencio, para luego sentarse se sentaron en el pavimento en espera de ser recibidos por algún funcionario, mientras familiares de víctimas denunciaban las omisiones y negligencias de autoridades de las fiscalías de distintos estados del país.