Zafarrancho entre Marinos y policías de la UPOEG en Marquelia
*Elementos de la policía ciudadana de la UPOEG encerraron dos patrullas de la Marina. La intervención del alcalde Lincer Casiano, abortó la llamada de auxilio que habían lanzado para que acudieran comunitarios de toda la Costa Chica
*Según la UPOEG, el comandante del convoy de marinos intentó obligar a uno de sus elementos a que se quitara un pantalón de camuflage
*Por su parte, el comandante de los marinos dijo que solamente le recomendó al policía comunitario que no usara ese pantalón reglamentario de las Fuerzas Armadas
FERNANDO SANTAMARÍA
MARQUELIA, GRO.
Un espectacular zafarrancho se suscitó en pleno centro de la cabecera municipal de Marquelia, hacia las 4:00 de la tarde de este miércoles 4 de mayo, cuando un grupo de infantes de la Secretaría de Marina (Semar) Armada de México fueron interceptados por un nutrido grupo de policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
La intercepción de los marinos se registró en la lateral del bulevar de Marquelia, a unos metros de la bodega de materiales Construrama, precisamente en el tope donde los elementos de la UPOEG establecen filtros para solicitar la cooperación voluntaria.
En la encerrona participaron tres camionetas Pick Up al mando del comandante “Chucho”, quien les reclamaba airadamente a los marinos que habían hostigado a uno de sus elementos, intentando despojarlo de su vestimenta tipo militar.
Luego de unos minutos de intercepción y ante el asombro de los ciudadanos de Marquelia, hasta el lugar de los hechos arribó una cuarta camioneta, una Toyota Hilux, color gris, con más elementos de la UPOEG, todos ellos armados con palos, para reforzar la encerrona de los elementos castrenses, quienes permanecían a bordo de sus unidades para evitar el inminente enfrentamiento armado.
Posteriormente hicieron su arribo elementos de la Policía Preventiva Municipal, quienes se dirigieron con los marinos para informarse de la situación que prevalecía en el lugar; simultáneamente, la Toyota Hilux volvió a arriba al lugar, esta vez cargada con “palos” que los “comentarios” utilizaron con armas.
Cuando los comunitarios se armaron con sus “garrotes”, arribó al lugar el presidente municipal, en el preciso momento en que un grupo de comunitarios, armados con palos y escopetas, desalojaban a empujones a dos policías preventivos, tensando el ambiente al máximo, situación que logró controlarse por la oportuna intervención del alcalde, Lincer Casiano Clemente, quien se metió entre los agresores y agredidos para neutralizar el conflicto.
Los reclamos
de la UPOEG
Una vez controlado el conato de golpes, el presidente de Marquelia se entrevistó con el comandante “Chucho”, quien le manifestó su malestar porque los marinos se la pasan hostigándolos sin razón alguna, exponiendo que habían intentado quitarle unos pantalones de tipo militar a un elemento de la UPOEG que se encontraba “boteando” sobre la carretera Acapulco-Pinotepa.
Por su parte, el comandante del grupo de marinos le manifestó al alcalde que nunca intentaron despojar al policía comunitario de sus vestimentas: “Nosotros sólo le dijimos que no podía andar vestido con atuendos oficiales del la Secretaría de Marina”.
A petición del alcalde de Marquelia, el comandante de los marinos accedió a descender de su vehículo y entabló conversación con el comandante Chucho de la UPOEG, quien le reclamó al oficial de la armada de México que sus elementos le habían “cortado cartucho” a los policías comunitarios, advirtiéndole además que no iban a permitir que los siguieran hostigando cada vez que incursionan en la cabecera municipal.
Conciliación
Luego de escuchar los argumentos de ambas partes, el presidente municipal de Marquelia, Lincer Casiano Clemente, invitó tanto a marinos como a los elementos del la UPOEG a que mantuvieran una cooperación mutua por el bien de Marquelia. a los marinos les pidió tolerancia para con los policías de la UPOEG. “No es lo mismo recomendarles que no usen un pantalón tipo militar a que se lo quieras quitar”, le dijo al oficial de la Armada de México; mientras que a los comandantes de la UPOEG les dijo que tienen que atender las recomendaciones de las fuerzas armadas en cuanto a sus vestimentas.
Los comandantes de la UPOEG le recriminaron a los marinos el porqué no les prohiben a los comerciantes que vendan este tipo de vestimentas, porque dijeron: “Nosotros compramos la ropa, no nos la regalan y la compramos en las tiendas y entonces sería más fácil que ustedes multaran a la gente que vende la ropa tipo militar, y que de plano no dejaran que las vendieran para así evitar problemas”.
Finalmente, después de una hora de encerrona, y no sin antes advertirle al comandante de los marinos que si no hubiese intervenido el presidente municipal “lo iban a maniar para exhibirlo en el puente”, los comandantes de la UPOEG liberaron el convoy de la Armada de México y se trasladaron al puente de Marquelia para hacer una “parada” de vigilancia, misma que desmontaron posteriormente, sobre todo cuando arribaron varias patrullas de infantes de Marina y militares para auxiliar a quienes habían estado retenidos.