ÁNGEL GALEANA/RÉPLICA
CHILPANCINGO, GRO.
El obispo emérito, Salvador Rangel Mendoza declaró que los responsables de la violencia en Chilpancingo son un grupo delictivo que había trabajado aliado de «Los Tlacos» quienes «se quieren salir de la manga» y negó que haya una ruptura con «Los Ardillos».
Rangel Mendoza encabezó este domingo la misa en la Iglesia de Chilapa. En entrevista al término de la celebración, criticó que haya un despliegue policiaco y militar en la capital en lugar de que las autoridades vayan directamente por los responsables de la violencia, que aseguró saben quienes son.
«Hay un tercer grupo que se quiere apoderar de Chilpancingo y, de hecho, ellos han sido aliados de Los Tlacos pero se les quieren salir de la manga a estos señores y son los que están provocando todo esto, los asesinatos, y ahorita este grupo se estaba mandando en cobrar, extorsionando la carne, pan, refresco, y los pollos», comentó.
El obispo dijo que hace 3 días habló con líderes de los grupos delictivos Los Tlacos y Los Ardillos quienes confirmaron que «no hay un problema oficial «y no han roto la alianza».
«Me consta, hace 3 días, delante de mi, yo hablé con uno de estos personajes y él habló con otro del otro lado, quedaron que se iban a respetar. Por ejemplo, los de aquel lado, de Quechultenango, están pidiendo que dejen el transporte caminar en paz porque si el transporte no funciona ahogan la economía», declaró.
En ese sentido, aseguró que él y las autoridades saben quiénes son los responsables de los crímenes en contra de comerciantes de pollo y de quema de unidades del transporte público, por lo que dijo que deben ir por ellos directamente.
Rangel Mendoza dijo que la situación «se puede arreglar», tras hablar «con ciertos personajes» que le dijeron están dispuestos a cooperar para mejorar la situación.
Por otro lado, el Obispo consideró que la responsabilidad de la seguridad es del Gobierno federal, desde el presidente Andrés Manuel López Obrador; de la gobernadora Evelyn Salgado y de la Fiscalía estatal.
Declaró que la Policía del Estado tiene 6 mil policías, la Fiscalía 600 agentes y el municipio 150 que sólo cumplen con labores de prevención, por lo que dijo que «la gran responsabilidad es de la Gobernadora».
Cuestionado sobre la llamada guardia civil de Petaquillas, dijo que «el grupo de aquel lado»-en referencia a Los Ardillos- ha sido el que operó para «desterrar» las cosas ante un vacío de gobierno tanto del PRI como de Morena, por lo que criticó nuevamente la presencia policiaca y militar en la región.
Volvió a señalar que la intervención de las autoridades en la zona de Petaquillas a Quechultenango es una venganza política porque Morena perdió en la región en las pasadas elecciones.