*El presidente inauguró los trabajos de la comisión encargada de aclarar los hechos ocurridos entre 1965 y 1990, con el fin de darle certeza y justicia a los sobrevivientes y familiares de víctimas de desaparición forzada
*La Comisión de la Verdad es la “esperanza para buscar entre todos cerrar una etapa, una historia negra, de sufrimiento, de represión, y dar inicio a una etapa nueva, que ya podría decir comenzó desde hace un poco más de tres años”, precisó el mandatario
GLORIA LETICIA DÍAZ/APRO
CIUDAD DE MÉXICO
El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció la disponibilidad del Ejército Mexicano para abrir sus archivos e instalaciones con la finalidad de contribuir al esclarecimiento de las violaciones a derechos humanos ocurridos durante el periodo conocido como “la Guerra Sucia”.
En el espacio que durante la segunda mitad del siglo pasado fue conocido como “la cárcel clandestina más grande de México”, el Campo Militar Número Uno, López Obrador encabezó la ceremonia de inicios de los trabajos de la Comisión de la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso de la Justicia de los Hechos Ocurridos entre1965 y 1990.
Ante sobrevivientes y familiares de víctimas de desaparición forzada durante ese periodo, López Obrador reivindicó la conformación del personal castrense que durante “la Guerra Sucia” siguió órdenes “de más arriba”.
Al reconocer que el acto que encabezaba era “muy fuerte”, el mandatario aseguró que era también de “esperanza para buscar entre todos cerrar una etapa, una historia negra, de sufrimiento, de represión, y dar inicio a una etapa nueva, que ya podría decir comenzó desde hace un poco más de tres años”.
López Obrador agradeció al secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, “su verdadera y auténtica lealtad” por acatar la instrucción de “no ocultar nada” y entregar la información que requiera la Comisión, creada en octubre del año pasado.
Insistió en llamar a todos a “aclarar esta situación y que se pueda, no en mucho tiempo, tener un relato completo, con recomendaciones a tomar para honrar a los que se nos adelantaron en la lucha o en el cumplimiento de su deber”.
El titular de la Sedena apuntaló en su discurso que el Ejército ha respondido a órdenes del poder civil, y sostuvo que en esta administración se ha distinguido por aportar información y por haber reducido las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dirigidas a la institución.
Protesta
Interrumpido durante su discurso por gritos de “¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!” y “¡ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos!”, Sandoval aseguró que la Sedena ha colaborado con la Comisión en la coordinación de reuniones, visitas a las instalaciones y revisión de archivos documentales.
Tras recordar que la Sedena entregó al Archivo General de la Nación más de mil 600 legajos correspondientes al periodo de “la Guerra Sucia”, anunció que el presidente López Obrador autorizó la inscripción de los militares caídos durante la lucha contrainsurgente en el monumento de las Fuerzas Armadas, así como integrar a los sobrevivientes y familiares de los soldados fallecidos en los “mecanismos de reconciliación social”.
Durante la ceremonia, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, explicó que entre los trabajos de la Comisión “se contemplan entrevistas al personal de la Sedena sobre los hechos”, por lo que hizo un llamado al personal activo y en retiro al “diálogo para llegar a la verdad, comprender lo que sucedió y dar con el paradero de las personas desaparecidas”.
Encinas urgió a la Fiscalía General de la República (FGR) a reactivar las 245 averiguaciones previas relacionadas con ese periodo que le heredó la desaparecida Procuraduría General de la República y que están “durmiendo el sueño de los justos”.
A estos exhortos se sumó Alicia de los Ríos Merino, hija de la integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, del mismo nombre, desaparecida en enero de 1978, vista por última vez en instalaciones militares, entre ellas, el Campo Militar Número Uno.
De los Ríos Merino llamó a los militares retirados a colaborar en el proceso de esclarecimiento de los hechos del pasado y al presidente a gestionar la participación de la FGR.
En la ceremonia, Micaela Cabañas Ayala, hija del líder guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, recordó que previo a la caída de su padre, el 2 de diciembre de 1974, ella con dos meses de edad, su madre de 14 años y más familiares, fueron detenidos y llevados al Campo Militar Número Uno.
Con lágrimas recordó las vejaciones y torturas que sufrieron como familia, pero expresó su confianza en que en el gobierno de López Obrador se alcance la verdad y justicia para las víctimas de la represión política de la “Guerra Sucia”.