* Que atrapen al asesino y justicia piden mujeres y hombres de Tlalquetzalapa
LETY CUCHILLO
COPANATOYAC, GRO.
Portando globos morados en señal de lucha contra la violencia que viven las mujeres en Guerrero y en todo el país, y con un gran pesar, lagrimas y gritos de justicia la tarde del pasado miércoles fueron sepultadas las hermanas indígenas, de habla náhuatl, Avelina Olivares, de 37 años y Kenia López, de 32 años, las cuales fueron asesinadas por Fernando Reyes, esposo de Kenia y cuñado de Avelina.
Doble feminicidio que tuvo lugar la noche del martes en la comunidad de Tlalquetzalapa, municipio de Copanatoyac, exigencia de justicia a la que se han sumado los hombres de ese poblado.
De acuerdo a los hechos, ambas mujeres fueron asesinadas a balazos por el hoy prófugo de la justicia, Fernando Reyes, de 29 años de edad, después de una acalorada discusión con su esposa Kenia, a la que intentó obligar a regresar a su lado, luego de haber abandonado el hogar por los golpes y malos tratos que él le daba, refugiándose en el domicilio de su hermana Avelina.
Hasta ese lugar llegó el esposo de Kenia quien en completo estado de ebriedad y portando una pistola, y tras la discusión cortó de tajo la vida de las medias hermanas, la primera por no querer regresar con él y la segunda por defender a su hermana.
Este nuevo hecho de sangre suscitado en el municipio de Copanatoyac, a causado la indignación de las mujeres no solamente de ese municipio, sino de toda la región de la Montaña que se han unido a la exigencia de justicia.
Exigencia en la piden a las autoridades que hagan su trabajo y detengan con prontitud al asesino para que reciba el castigo que se merece, y el caso no quedé impune como a ocurrido con otros que siguen sin recibir justicia.
El crimen de estás mujeres es sumamente triste e indignante por la forma en la que fue cometido; caso que no puede quedar impune, debido a que existe un criminal que anda prófugo.
Luego de estos acontecimientos tan lamentables, las familias de este lugar se encuentran temerosas ante el posible regreso del criminal, por lo que piden la urgente presencia de las autoridades del gobierno estatal y de los organismos nacionales e internacionales defensores de las mujeres.
Además de medidas de protección para los hijos de las víctimas del doble feminicidio, qué en el caso de Avelina quedan en la orfandad tres pequeños y por parte de Kenia son cuatro.
Lo más triste es que Kenia había decidido alejarse de esa vida de violencia que le daba su esposo, encontrando refugio con su hermana Avelina quien le abrió las puertas de su domicilio en Tlalquetzalapa para tratar de salvarla.
Violencia de la que Kenia no pudo escapar, ni siquiera en la casa de su hermana pudo estar a salvo.
Además de las constantes golpizas, la víctima vivió en carne propia el abandono de las autoridades que con tantas estrategias para frenar la violencia contra las mujeres esa situación sigue imparable.
Hasta el momento ninguna estrategia ha podido garantizar una vida libre de violencia a las mujeres guerrerenses, lo cual es indicativo de que aún hace falta mucho por hacer, principalmente en los municipios de la Montaña en donde el machismo sigue presente causando dolor y muerte.