Maestra crea lotería en Náhuatl para preservar su lengua y facilitar el aprendizaje
ALINA NAVARRETE FERNÁNDEZ
RÉPLICA/CHILPANCINGO, GRO.
Para preservar su lengua originaria y facilitar el método de enseñanza-aprendizaje en las escuelas que pertenecen al Sistema Indígena de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Celestina Carmela Pascualeño Bello creó una versión en Náhuatl de la lotería mexicana.
Celestina es originaria de Zitlala, “El lugar de la estrellas”, y lleva 15 años ejerciendo la docencia. Dio clases frente a grupo, mantiene su plaza pero ahora cursa un posgrado y también se interesó por mejorar las clases en el sector indígena.
Primero creó el proyecto Tlajkuiloltekitijle Náhuatl, que consiste en enseñar a sus alumnos el alfabeto para que a su vez puedan escribir las palabras en su lengua originaria con las grafias que le corresponden.
Lotería en Náhuatl creada por Celestina para facilitar el aprendizaje.
Sin embargo, Celestina pensó que sus alumnos absorberían mejor los conocimientos con un método más dinámico, con esta idea en mente primero se ocupó de hacer una recuperación de vocabulario.
Les dejó como tarea a sus alumnos preguntar a sus madres, padres, abuelas y abuelos, el nombre en Náhuatl de distintos objetos, alimentos y animales. Por ejemplo, “miston” significa gato, “uaxin” es guaje, “ayotsin” tortuga y “komajli” comal.
Con la actividad logró identificar un corpus muy amplio de palabras de las que seleccionó 54 y así creó la lotería en la lengua originaria, basada en la variante que se habla en la región Montaña Baja de la entidad.
Fue durante la pandemia que con recursos propios imprimió y entregó el material en comunidades del municipio de Chilapa de Álvarez, donde impartió clases y talleres; además, promovió la venta y donación, por cada lotería adquirida una familia o escuela recibe otra, su costo es de 100 pesos.
“Ha sido un proceso difícil”, reconoce Celestina en entrevista con Réplica, “tal vez” por el hecho de que es una mujer indígena, joven, se ha enfrentado a distintos retos para lograr su propósito de crear nuevas formas de trabajo y enseñanza.
A los retos, principalmente la falta de apoyo de la SEG y las diferencias entre las expresiones sindicales del sector, se le suma la crítica. “¿Para qué estudias?”, le cuestionan, si no puede aspirar a un mejor salario porque aunque ejerce la docencia su clave laboral la coloca como promotora bilingüe.
Para Celestina la respuesta es sencilla: su motivación “son los niños”. Como maestra del sector indígena “vives dos mundos”, cuenta, no sólo por la forma de hablar o vestir de los pobladores, sino por su ideología “para ellos lo cotidiano es extraordinario”.
“Es muy triste ver a niños que hablan español y lo hablan bien, aparentemente, en clases, pero después tienen dudas y preguntan: ¿Qué significa cara? Entonces tienes que contestarles en su lengua para que logren aprender”.
Celestina Pascualeño, maestra creadora de la lotería Náhuatl
Como mujer hablante de la lengua originaria, para Celestina el trabajar por las comunidades indígenas “es un compromiso moral, un compromiso social”; no obstante, reconoce que detrás de su labor “hay generaciones de maestros que han hecho una extraordinaria labor” aunque otros proyectos no se han concretado por falta de recursos y falta de interés de las autoridades.
De acuerdo con el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (INALI) en el estado se habla la variante de Náhuatl conocida como “mexicano de Guerrero”, pero Celestina explica que entre la Montaña Alta y la Montaña Baja hay variantes que influyen en distintas formas de nombrar y significados diferentes entre las comunidades.
Incluso entre Zitlala y la “zona de arcoíris” –como Celestina le llama, a las comunidades desde Mexcalcingo hasta San Jerónimo Palantla, que pertenecen a Chilapa de Álvarez–, hay una gran diferencia, pero la lotería cumple con su objetivo de preservar la lengua originaria.
“La lotería es sin fin de lucro, es un material didáctico para niños nativo hablantes del Náhuatl en Guerrero”, precisa la maestra también conocida como Kaimen Pabe.
Además, considera que “muchas veces la lengua (originaria) la vemos como algo negativo porque creemos que será un obstáculo y no, estamos en un punto muy importante, debemos resaltar nuestro papel. Como mujeres, nuestra participación no solamente debe ser en espacios sociales, políticos, también tenemos que tener incidencia comunitaria”.
“Para mí, de manera personal, todos los obstáculos que he pasado van a redituar en que ya hice algo por mi comunidad”, concluye.
ALINA NAVARRETE FERNÁNDEZ
RÉPLICA/CHILPANCINGO, GRO.
Para preservar su lengua originaria y facilitar el método de enseñanza-aprendizaje en las escuelas que pertenecen al Sistema Indígena de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Celestina Carmela Pascualeño Bello creó una versión en Náhuatl de la lotería mexicana.
Celestina es originaria de Zitlala, “El lugar de la estrellas”, y lleva 15 años ejerciendo la docencia. Dio clases frente a grupo, mantiene su plaza pero ahora cursa un posgrado y también se interesó por mejorar las clases en el sector indígena.
Primero creó el proyecto Tlajkuiloltekitijle Náhuatl, que consiste en enseñar a sus alumnos el alfabeto para que a su vez puedan escribir las palabras en su lengua originaria con las grafias que le corresponden.
Lotería en Náhuatl creada por Celestina para facilitar el aprendizaje.
Sin embargo, Celestina pensó que sus alumnos absorberían mejor los conocimientos con un método más dinámico, con esta idea en mente primero se ocupó de hacer una recuperación de vocabulario.
Les dejó como tarea a sus alumnos preguntar a sus madres, padres, abuelas y abuelos, el nombre en Náhuatl de distintos objetos, alimentos y animales. Por ejemplo, “miston” significa gato, “uaxin” es guaje, “ayotsin” tortuga y “komajli” comal.
Con la actividad logró identificar un corpus muy amplio de palabras de las que seleccionó 54 y así creó la lotería en la lengua originaria, basada en la variante que se habla en la región Montaña Baja de la entidad.
Fue durante la pandemia que con recursos propios imprimió y entregó el material en comunidades del municipio de Chilapa de Álvarez, donde impartió clases y talleres; además, promovió la venta y donación, por cada lotería adquirida una familia o escuela recibe otra, su costo es de 100 pesos.
“Ha sido un proceso difícil”, reconoce Celestina en entrevista con Réplica, “tal vez” por el hecho de que es una mujer indígena, joven, se ha enfrentado a distintos retos para lograr su propósito de crear nuevas formas de trabajo y enseñanza.
A los retos, principalmente la falta de apoyo de la SEG y las diferencias entre las expresiones sindicales del sector, se le suma la crítica. “¿Para qué estudias?”, le cuestionan, si no puede aspirar a un mejor salario porque aunque ejerce la docencia su clave laboral la coloca como promotora bilingüe.
Para Celestina la respuesta es sencilla: su motivación “son los niños”. Como maestra del sector indígena “vives dos mundos”, cuenta, no sólo por la forma de hablar o vestir de los pobladores, sino por su ideología “para ellos lo cotidiano es extraordinario”.
“Es muy triste ver a niños que hablan español y lo hablan bien, aparentemente, en clases, pero después tienen dudas y preguntan: ¿Qué significa cara? Entonces tienes que contestarles en su lengua para que logren aprender”.
Celestina Pascualeño, maestra creadora de la lotería Náhuatl
Como mujer hablante de la lengua originaria, para Celestina el trabajar por las comunidades indígenas “es un compromiso moral, un compromiso social”; no obstante, reconoce que detrás de su labor “hay generaciones de maestros que han hecho una extraordinaria labor” aunque otros proyectos no se han concretado por falta de recursos y falta de interés de las autoridades.
De acuerdo con el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (INALI) en el estado se habla la variante de Náhuatl conocida como “mexicano de Guerrero”, pero Celestina explica que entre la Montaña Alta y la Montaña Baja hay variantes que influyen en distintas formas de nombrar y significados diferentes entre las comunidades.
Incluso entre Zitlala y la “zona de arcoíris” –como Celestina le llama, a las comunidades desde Mexcalcingo hasta San Jerónimo Palantla, que pertenecen a Chilapa de Álvarez–, hay una gran diferencia, pero la lotería cumple con su objetivo de preservar la lengua originaria.
“La lotería es sin fin de lucro, es un material didáctico para niños nativo hablantes del Náhuatl en Guerrero”, precisa la maestra también conocida como Kaimen Pabe.
Además, considera que “muchas veces la lengua (originaria) la vemos como algo negativo porque creemos que será un obstáculo y no, estamos en un punto muy importante, debemos resaltar nuestro papel. Como mujeres, nuestra participación no solamente debe ser en espacios sociales, políticos, también tenemos que tener incidencia comunitaria”.
“Para mí, de manera personal, todos los obstáculos que he pasado van a redituar en que ya hice algo por mi comunidad”, concluye.