No más “buena onda”: titular de Segob endurece contra opositores

*Adán Augusto López Hernández ha dejado atrás el tono conciliador y moderado con el que se condujo a su llegada a la Secretaría de Gobernación

*De gira por el país, para pedir el respaldo a la reforma de la Guardia Nacional, se ha confrontado con la oposición al tiempo que se populariza una campaña que lleva sus apellidos

OBED ROSAS
SINEMBARGO

El talante negociador que marcó el primer tramo de Adán Augusto López Hernández en la Secretaría de Gobernación (Segob), la cual asumió el 30 de agosto del año pasado, ha dado un viraje en los últimos días de su gira por diversos estados para impulsar la aprobación de la reforma constitucional de la Guardia Nacional en los congresos estatales, desde donde ha cuestionado el “doble discurso” de los gobernadores de oposición, quienes por una lado requieren el apoyo al Ejército y la Marina, pero por el otro sus partidos critican la “militarización”.

Esta postura que ha adoptado el encargado de la política interna del país se da justo cuando ha arreciado la disputa interna de Morena por la candidatura presidencial de 2024, en la cual la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, lleva la delantera, y él los últimos lugares en las encuestas.

Su capacidad de diálogo —que sorprendió a más de uno que menospreció al político tabasqueño— y su cercanía con el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo colocó entre los principales aspirantes presidenciales de Morena, y aunque dijo en un principio no estar interesado en llegar a Palacio Nacional, para nadie ha pasado desapercibida la campaña nacional “Que siga López, estamos Agusto”, que ha sido vista como un movimiento que respalda las aspiraciones del Secretario de Gobernación con el hincapié de que él dará continuidad a las políticas de la llamada Cuarta Transformación.

Con esa idea de que el exgobernador de Tabasco puede ser el sucesor de López Obrador, es que ha sido vista la confrontación entre el Secretario de Gobernación y los gobernadores opositores, una posición distante de aquel Adán Augusto que se sentó con los líderes del PAN y más cercana a la del Presidente, quien suele remarcar en sus conferencias mañaneras la “hipocresía” de los partidos de oposición.

Una de las confrontaciones que ha ido escalando en las últimas semanas ha sido con el Gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, de Movimiento Ciudadano, partido que votó en ambas cámaras contra ampliar hasta 2028 la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles. El mandatario presumió su estrategia de seguridad al asegurar que la Fuerza Civil del estado era la mejor policía del país. En respuesta, el Secretario de Gobernación le dijo que actuaba con hipocresía y egoísmo: “Al señor Gobernador se le hace fácil levantar el teléfono, porque no es capaz ni de mandar un oficio, y pedir que le manden más elementos de la Guardia Nacional”. Días después, Hernández López insistió en el tema y dijo que los agentes policiales sólo son utilizados “para resguardar Oxxos”, y le recordó que el Gobierno federal ha ayudado el estado en casos como el de Debanhi Escobar, joven cuyo presunto feminicidio le valió importantes críticas al mandatario neoleonés.

Adán Augusto también arremetió contra el otro Gobernador de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro. Al pedir el apoyo del Congreso de la Ciudad de México para la aprobación de la reforma de la Guardia Nacional, el Secretario de Gobernación dijo que el mandatario jalisciense ha empleado a las fuerzas armadas para atender la inseguridad de su estado, uno de los seis que concentran la mitad del total de los homicidios del país, sin embargo dijo que cuando le marcó para que apoyara la iniciativa, aseguró que el Gobernador no estaba en el país y le dijo que no podía “porque mi jefe político me dice que no”.

“Seguía en la línea de sus dirigentes nacionales, en lugar de apoyar ellos y sus legisladores, los legisladores de sus estados, sin ninguna condicionante. Eso sí, a la hora que sucede algún evento son los primeros en pedir que haya más Guardia Nacional, que haya mayor presencia del Ejército, pero ellos no hacen nada para que desde el estado se pueda prestar un efectivo servicio de seguridad pública”, agregó.

En respuesta, Alfaro le dijo: “Lo que yo no entiendo, señor Secretario, es por qué un Gobernador debería de interferir en la dinámica de un poder cómo es el Legislativo y muy en especial del Senado. Si usted quería la votación de los senadores de Movimiento Ciudadano, debió de haber hablado con los senadores, como se lo sugerí. Más allá de que estaba cenando con [el Embajador de México en España], me parece que es verdaderamente lamentable que usted haga público que le llama a un Gobernador para pedirle que convenza a los senadores en votar a favor de una reforma”.

Estos dos ejemplos no son los únicos. En su visita al Congreso de Puebla acusó al Partido Acción Nacional (PAN) de siempre disentir con las propuestas del Gobierno federal a pesar de que, cuando ellos gobernaron por 12 años, “entregaron a un país en llamas”. “Cuando uno disiente lo primero que debe de hacer para que esa disidencia sea escuchada y atendida es reconocer que no hicieron nada, que tuvieron la oportunidad durante 12 años y entregaron a un país en llamas, quienes sí le apostaron a la militarización del país fueron los gobiernos emanados del PAN”.

De igual forma, el Secretario de Gobernación se ha confrontado con el expresidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), primero al decir que se había abierto una investigación en su contra y luego al señalar que que el expresidente no está exento de ser juzgado como ocurrió con el dictador chileno Augusto Pinochet.

Lo cierto es que pese a este cambio de postura, las encuestas que miden la popularidad de los aspirantes de Morena a la Presidencia lo colocan siempre por debajo de la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y del Canciller Marcelo Ebrard, quienes desde que arrancó, de manera anticipada, la sucesión presidencial han ocupado esos puestos.