Apaxtla queda en manos de la Autodefensa de Tlacotepec

*Fuerzas civiles suplen al Ejército y Guardia Nacional en tareas de seguridad en Apaxtla

*Son unos 800 autodefensas de la Sierra que desde el domingo 13 de noviembre tienen ocupada la localidad

AMAPOLA PERIODISMO
CHILPANCINGO, GRO.

El Ejército y Guardia Nacional, las dos instituciones del gobierno que de manera técnica brindan seguridad en el país, se retiraron de Apaxtla de Castrejón para dar paso a que hombres armados de un grupo de autodefensa de Tlacotepec asuman estas tareas institucionales.

Son unos 800 autodefensas de la Sierra que desde este domingo 13 de noviembre tienen ocupada la localidad, ubicada en la zona Norte del estado.

Cabe decir que los hombres armados de Tlacotepec tienen acusaciones de desapariciones y homicidios en comunidades del municipio de Leonardo Bravo desde el 2018 que ocuparon esa parte de la Sierra, al expulsar o desplazar a más de mil personas que, ahora, en su mayoría, viven en otros lugares de Guerrero u otros estados como Morelos, o hasta en Estados Unidos.

“Nosotros pedimos la ayuda de la policía comunitaria de Tlacotepec y su permanencia aquí será hasta que nosotros reorganicemos a nuestra policía”, dijo un habitante de esta cabecera municipal de Apaxtla de Castrejón que participó en la reunión donde estuvieron el director de Gobernación del estado, Francisco Rodríguez Cisneros, y mandos militares.

Según los habitantes y autoridades del municipio las guardias civiles de Tlacotepec los protegerán de un grupo del crimen organizado (organizaciones con implicaciones criminales y asociaciones económicas y políticas) que desde hace semanas les ha fijado los precios de los productos básicos, transporte público y combustibles.

En la reunión con los funcionarios estatales y mandos militares, los habitantes denunciaron que a su municipio nuevamente intentan llegar los miembros de la Familia Michoacana a realizar extorsiones.

“En el 2013 nos organizamos, formamos nuestra policía comunitaria y sacamos a esta organización criminal y se fueron a Arcelia, pero ahora quieren regresar”, dijo uno de los habitantes que participó en esa reunión.

En esas pláticas, en la que también estuvo el alcalde de este municipio, David Manjarrez Miranda, los habitantes pidieron que el Ejército y la Guardia Nacional se retire de Apaxtla, y disuelvan los retenes que otros grupos de civiles armados –es decir, los de otro grupo que se asume como autodefensa, La Tecampanera, que tiene presencia en Teloloapan–tienen en cuatro puntos de la carretera federal Iguala-Teloloapan.

Apaxtla y Teloloapan son municipios de la región Norte que colindan. La Tecampanera también es señalada de ser parte del crimen organizado.

“Ya no queremos aquí el Ejército y la Guardia Nacional, porque nomás aquí se andan paseando en las calles, mejor que vayan a la carretera”, dijo uno de los habitantes cuando informó sobre la reunión que tuvieron con las autoridades.

Los lugares donde según los habitantes de Apaxtla hay retenes de la otra supuesta autodefensa son los entronques que conducen a las comunidades de Chapa, El Tanque y Ahuehuepan.

Son localidades que están casi a la orilla de la vía federal que conduce a Ciudad Altamirano, en la región de la Tierra Caliente. La región Norte colinda a su vez con la región Tierra Caliente.

Otra de las peticiones de habitantes de Apaxtla en la reunión fue el restablecimiento del servicio de transporte público Teloloapan-Apaxtla.

“Desde hace días no hay servicio de transporte en Teloloapan y estamos pidiendo que se reanude y que a la gente que utiliza el servicio ya no se le interrogue”, dijo un lugareño.

En la plática con las autoridades estuvo el vocero de la autodefensa de Tlacotepec, Salvador Alanís, quien en 2016 dirigía las autodefensas de la comunidad de El Ocotito, del municipio de Chilpancingo.

A Alanís y a su autodefensa, se dijo antes, también son señalados de formar parte del crimen organizado.

Uno de las demandas principales que se habló en la reunión fue sobre los altos costos de los productos de la canasta básica, precios que, dijo, los ha impuesto un grupo del crimen organizado.

“Ahora ya no secuestran, ya asesinan y ahora nos tienen sometidos con el aumento de los precios de los productos de la canasta básica”, comentó otro de los habitantes de Apaxtla.

“No han subido los productos un cinco, un 10, no, hasta un 30 por ciento más caros que en Iguala y en otras partes del estado”, expuso.

Fuentes del gobierno informaron que Apaxtla no es el único municipio de región Norte donde el crimen organizado impone los precios de los productos y otros servicios públicos.

Esto también sucede en Teloloapan, Cuetzala del Progreso, Iguala, Tepecoacuilco, Huitzuco, Taxco, Pilcaya y Pedro Alquisiras.

La gente de Apaxtla se quejó de que el Ejército desde el 2018 tiene su base militar en Teloloapan y que está coludida con el crimen organizado que tiene la zona bajo su control.

Los supuestos autodefensas de Tlacotepec patrullan las calles de Apaxtla y tienen retenes en los accesos al municipio.

Estas autodefensas fuertemente armados entraron al municipio por caminos sinuosos que colindan con pueblos del municipio de Heliodoro Castillo, de donde surge la supuesta autodefensa de Tlacotepec.

Ingresaron por la comunidad de El Caracol y después de casi 40 minutos de camino llegaron a Apaxtla el pasado domingo 13. Desde ese día realizan patrullajes en las calles.

En 2006 en El Caracol, ubicado cerca de la presa hidroeléctrica con el mismo nombre, existía una base de operaciones de la desaparecida Procuraduría General de la República (PGR).

Estas instalaciones, que contaban con un cuartel, oficinas, helipuerto y hasta una alberca, fueron desmanteladas en octubre de ese año, es decir, a finales del gobierno federal del panista de Vicente Fox Quesada.

Dicha base de operaciones especiales servía para la destrucción de enervantes en esta zona de la Sierra de Guerrero y de otros estados del país.

La gente de la comunidad de El Caracol decía que la presencia de decenas de agentes de la Policía Federal, del Ministerio Público y personal de la PGR les generaban tranquilidad y, además, economía, porque se crearon fuentes de empleo y hasta pequeños restaurantes.

Pero hubo algunas denuncias de abusos cometidos por los agentes federales en estado de ebriedad.

Desde el 2006, estas instalaciones están derruidas. Por ahí transitaron los supuestos autodefensas fuertemente armados hacia Apaxtla, y ahora son los encargados de sus seguridad.