*José Woldenberg fue el único orador de la movilización efectuada este domingo en la Ciudad de México
REDACCIÓN AN
CIUDAD DE MÉXICO
El exconsejero presidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg, hizo un llamado a los mexicanos a oponerse a la desaparición del Instituto Nacional Electoral (INE), uno de los ejes centrales de la iniciativa de reforma en la materia que ha propuesto el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El politólogo fue el único orador del evento y tomó la palabra al finalizar la marcha Yo Defiendo al INE efectuada este domingo en la Ciudad de México, que inició en el Ángel de la Independencia del Paseo de la Reforma y concluyó en el Monumento a la Revolución.
“Estamos aquí reunidos con un solo objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad políticas, la trasmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades”, fueron las palabras con las que abrió su participación.
“Estamos aquí ciudadanos de muy diferentes orientaciones políticas y extracciones sociales, militantes de partidos, integrantes de organizaciones sociales y personas sin filiación política”, dijo.
Woldenberg destacó que el actual INE es el resultado de ocho reformas que se llevaron a cabo entre 1977 y 2014, pero para lograr esos cambios legales “se requirió de movilizaciones, luchas, denuncias, acuerdos y, sobre todo, conformar normas e instituciones electorales capaces de ofrecer garantías de imparcialidad y equidad a la diversidad de fuerzas políticas que modelan el país”.
“Esa democracia se construyó con el trabajo de millones, de varias generaciones de mexicanos y mexicanas, cuyo edificio culminante fue el Instituto Nacional Electoral. Ese gran cambio histórico no puede ser explicado sin la existencia de nuestro sistema electoral”, sostuvo.
Aunque reconoció que la democracia en México no ha llegado a su “estación final”, y mucho menos a “un paraíso”, insistió que que sí se ha logrado “una germinal democracia, pero que nos ha permitido asentar la pluralidad política y que la misma pueda coexistir y competir de manera pacífica”.
“Buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no sólo una agresión a las instituciones existentes sino a la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático”, advirtió.
Durante su discurso insistió en que “México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral. Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático”.
“México no merece una reforma constitucional en materia electoral impulsada por una sola voluntad por más relevante que sea. Hay importantes lecciones en el pasado: las reformas que fueron fruto de voluntades colectivas forjadas con los métodos probados y comprobados del diálogo y el acuerdo”, recalcó.
Sobre las próximas elecciones, Woldenberg consideró que “deben contar con las mismas garantías que las del pasado inmediato: padrón confiable, equidad en las condiciones de la competencia, imparcialidad de los funcionarios profesionales, conteo pulcro de los votos, resultados preliminares en la noche y por supuesto que ganadores y perdedores sean definidos por el voto de los ciudadanos y sólo por ellos”.
En este sentido, hizo un llamado a todos los grupos parlamentarios que conforman las Cámaras del Congreso Federal y de los 32 congresos en las entidades, “a que defiendan lo edificado en materia democrática y no conduzcan a nuestro país a una etapa venturosamente superada: la del autoritarismo que se auxiliaba de autoridades electorales a modo”.
Para finalizar, Woldenberg pronunció siete exigencias centrales, que integran los reclamos ciudadanos expresados durante la marcha del domingo:
No a la destrucción del INE.
No a la destrucción de los institutos locales.
No a la destrucción de los tribunales locales.
No a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno.
No al autoritarismo.
Sí a la democracia.
Sí a un México democrático.