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Masacre de Acteal causó descomposición social en Chenalhó: Las Abejas

*Tres décadas de Las Abejas y 25 años de la matanza en Acteal

ELIO HENRÍQUEZ
PABLO MARTÍNEZ
LA JORNADA/CHIAPAS

Los 25 años de impunidad de la masacre de Acteal han generado “un sinfín” de conflictos, no sólo tristeza y descomposición del tejido social y comunitario de Chenalhó, sino que “han causado violencias inimaginables en todo México”, afirmó la Organización Sociedad Civil Las Abejas.

Argumentaron que “ya no sólo podemos decir que el sistema de justicia mexicano está podrido, sino que va de mal en peor”, al conmemorar este jueves, un cuarto de siglo del asesinato de 45 indígenas tsotsiles el 22 de diciembre de 1997.

“Han pasado 25 años de la masacre y a la fecha ese crimen de Estado sigue impune, como lo hemos denunciado mes con mes durante un cuarto de siglo y aunque los gobiernos sean priístas, panistas o morenistas, en vez de aplicar la justicia han creado estrategias y políticas de desgaste hacia nuestra organización”, añadió.

Como cada año, decenas integrantes de Las Abejas a la que pertenecían las víctimas, familiares, amigos y compañeros, realizan una peregrinación desde el crucero de Majomut y luego de caminar unos kilómetros llegaron al santuario de Acteal, donde están sepultados las 45 víctimas.

Antes de que el obispo auxiliar de la diócesis de San Cristóbal, Luis Manuel López Alfaro oficiara la misa para recordar a las víctimas, Las Abejas informó en un comunicado que “de las estrategias y políticas de desgaste, podemos señalar que el panista Felipe Calderón permitió a la mal llamada Corte de Justicia de la Nación liberar a los paramilitares, autores de la masacre y liberó masivamente a los responsables”.

La intención de este hecho, abundó, “fue encubrir a los autores intelectuales como Ernesto Zedillo Ponce de León, Emilio Chuayffet y Julio César Ruiz Ferro”, ex presidente, ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Chiapas, respectivamente, así como a los generales Enrique Cervantes Aguirre y Mario Renán Castillo”, ex secretario de la Defensa Nacional y ex comandante de la Séptima Región Militar, entre otros.

Manifestó que “la otra estrategia del Estado ha sido la dilación de la justicia que ha provocado dos divisiones de nuestra organización. La primera en 2008 y la segunda en 2014. Han buscado debilitarnos para que abandonemos nuestra lucha no violenta, pero el gobierno y sus cómplices ignoran y olvidan nuestra terquedad y tenacidad que se han vuelto una virtud para resistir y buscar una vida digna”.

La agrupación sostuvo que desde 2005, cuando vimos que el sistema de justicia mexicano no tenía capacidad ni voluntad política para castigar a los autores intelectuales y materiales de la masacre, acudieron a la Comisión Interamericana de Justicia (CIDH) para que el Estado mexicano reconozca que fue un crimen de Estado.

Agregaron que ya saben que el informe de fondo está enlistado en la CIDH, por lo que en cualquier momento se emitirá y finalmente el Estado Mexicano tendrá que responder.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), dijo por su parte, que “el actual gobierno federal ha mantenido el silencio y abiertamente negado ante la CIDH el involucramiento de autoridades mexicanas en acciones de contrainsurgencia durante los años noventa en Chiapas, y ha excluido conscientemente este periodo del proceso de estudio de la Comisión de la Verdad para la guerra sucia en México”.

“La falsedad y los pactos de impunidad son una agresión que mantiene la herida abierta de la masacre ocurrida el 22 diciembre de 1997, revictimiza y profundiza el dolor colectivo. Son una absoluta simulación”, afirmaron.

También calificaron como “inspirador” observar cómo la organización de Las Abejas construye en lo cotidiano “una isla de paz y esperanza, un refugio frente a la tempestad que envuelve la región de los Altos de Chiapas”.

“Por más lejano que sea este rincón llamado casa de la memoria y esperanza, el eco de sus voces recorre Chiapas, México y el mundo, y pese a los intentos del Estado mexicano por negar su responsabilidad, nosotros conocemos los nombres de los responsables: Ernesto Zedillo, Emilio Chuayffet, Cesar Ruiz Ferro, entre otros tantos sentenciados por el no olvido”, concluyó el comunicado.

La historia

El 21 y 22 de diciembre se conmemoran el aniversario 30 de la fundación de la organización civil Las Abejas y 25 años de la matanza en Acteal. Por ello valdrá la pena rememorar un poco de ambos hechos, y poner en alto la lucha incansable y pacífica que han llevado para la reivindicación y el respeto de los derechos indígenas.

La historia de la organización Las Abejas comienza con la lucha de tres hermanos, Agustín, Catarina y María Hernández López. A la muerte de su padre heredan 120 hectáreas en la comunidad de Tsajalch’, municipio de Chenalhó, en la zona de los Altos de Chiapas. Este suceso ocurre en un contexto en que existe una costumbre social que no permitía la tenencia de la tierra a mujeres. Agustín buscó exigir la exclusividad de la propiedad, ignorando el derecho de sus hermanas a la herencia.

Este conflicto familiar logra escalar a un nivel político dentro de la comunidad, por lo que diversas organizaciones se involucran, entrando en una pugna sexista por el derecho de las mujeres a la herencia familiar. Es en esta pugna que Agustín, el hermano de Catarina y María, dentro del conflicto les dispara a tres hombres que apoyaban a sus hermanas, hiriendo a dos y matando a uno de los hombres.

Sin que hubiera repercusión, Agustín logra llegar al juez municipal, al que expone la problemática machista de la herencia, logrando una dictaminación a favor y el encarcelamiento de cinco hombres –Mariano Pérez Vázquez, Sebastián Pérez Vázquez, Felipe Hernández Pérez, Antonio Pérez Gutiérrez y Manuel Pérez Gutiérrez–, todos de la comunidad de Tsajalch’en, que fueron llevados al Cereso No. 5 de San Cristóbal de las Casas.

Ante esta injusticia, gente de diversas comunidades del municipio de San Pedro de Chenalhó se organizan y reúnen a 400 personas. Organizan marchas para exigir la liberación de los presos, y logran ser escuchadas. Este acto participativo hace notar entre la población el nivel de organización que se podía tener. Así, fundan en diciembre de 1992 la agrupación civil Las Abejas, conformada en un principio por 200 personas de ocho comunidades, todas de Chenalhó.

Surge el

EZLN

Dos años después, el 1º de enero de 1994, se da formalmente el inicio del conflicto en Chiapas con el levantamiento armado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Este movimiento busca el reconocimiento y respeto de los derechos indígenas, y desde sus inicios la sociedad civil Las Abejas mostró simpatía con las demandas, aunque no con la lucha armada que el EZLN proponía. Es por esto que la cercanía de Las Abejas con el zapatismo se da fuera del movimiento armado, ya que ellas siempre defendieron la lucha pacífica.

La guerra abierta dura pocos días ante la presión de la sociedad civil nacional e internacional, por lo que el 10 de enero de 1994 se firma un pacto de no agresión entre el gobierno mexicano y el grupo alzado en armas. Esto da pauta para que en los meses siguientes se busquen mesas de diálogo que empezarían en San Miguel Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, para terminar en San Andrés Larráinzar en 1995 con los acuerdos firmados, pero no cumplidos por parte del Estado mexicano.

Mientras los representantes del gobierno mexicano se sentaban a dialogar para los acuerdos de paz, el Ejército Mexicano implementaba estrategias contrainsurgentes que habían sido heredadas de la Escuela de las Américas, la llamada “guerra de baja intensidad”. Ésta planteaba el entrenamiento de grupos armados dentro de las comunidades, para que hicieran el “trabajo sucio” que el Ejército tenía prohibido ejecutar y generar caos dentro de la región chiapaneca.

Esta estrategia de “guerra de baja intensidad” tenía entre sus objetivos lograr un desarrollo propagandístico en los medios y la opinión pública para desacreditar el movimiento insurgente, propiciando confusión con la información que se generaba desde los medios autónomos y locales e incriminando a las poblaciones de las comunidades como terroristas para el Estado.

La escalada del conflicto llevó a que el 22 de diciembre de 1997, un grupo de tsotsiles equipados con armas de grueso calibre dispararan contra 45 miembros de la sociedad civil Las Abejas (18 mujeres adultas, cinco embarazadas, siete hombres adultos, 16 menores de edad y cuatro niños) que se encontraban dentro de la iglesia orando por la paz en sus comunidades.

Completamente desarmados, mientras celebraban una jornada de ayuno y oración dentro de la capilla de la comunidad de Acteal, fueron masacrados por 90 paramilitares asentados a 200 metros del recinto. Sin que hubiera consecuencias sobre altos rangos gubernamentales ni militares.

El ex presidente Ernesto Zedillo y militares de alto rango dieron carpetazo al caso de Acteal, dejando impunes a los responsables. A 30 años de lo acontecido, la sociedad civil Las Abejas sigue rememorando a sus muertos, exigiendo verdad y justicia.

Nombres de las víctimas de la masacre: María Pérez Oyalte, Martha Capote Pérez, Rosa Vázquez Luna, Marcela Capote Ruiz, Marcela Pucuj Luna, Loida Ruiz Gómez, Catalina Luna Pérez, Manuela Pérez Moreno, Manuel Santiz Culebra, Margarita Méndez Paciencia, Marcela Luna Ruiz, Micaela Vásquez Pérez, Josefa Vázquez Pérez, Daniel Gómez Ruiz, Victorio Vázquez Gómez, Rosalina Gómez Hernández, Lucía Méndez Capote, Graciela Gómez Hernández, Marcela Capote Vázquez, Miguel Pérez Jiménez, Susana Jiménez Luna, Rosa Pérez Pérez, Ignacio Pucuj Luna, María Luna Méndez, Alonso Vázquez Luna, Vicente Méndez Capote, Guadalupe Gómez Hernández, Micaela Vázquez Luna, Juana Vázquez Luna, Alejandro Pérez Luna, Juana Luna Vázquez, Juana Gómez Pérez y Juan Carlos Luna Pérez.

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