“El Grande” dice que vio a García Luna recibir sobornos del Cártel de Sinaloa
*Súper policías de Felipe Calderón recogían fajos de 20 y 100 dólares de Beltrán
*También les vendía droga decomisada a otros grupos y los agentes actuaban como mercenarios para matar a personas que el cártel quería desaparecer, afirmó la fiscalía
SINEMBARGO
CIUDAD DE MÉXICO
El primer día propiamente del juicio en una corte de Brooklyn contra Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública en el Gobierno de Felipe Calderón en México (2006-2012) dejó la primera acusación directa contra el exfuncionario, por parte de un líder narco, y varios detalles sobre las supuestas reuniones donde se realizaban los millonarios pagos –y otros regalos– que criminales le entregaban al llamado “súper policía” a cambio de protección, impunidad y otros beneficios.
Protegidos por el anonimato y seguridad adicional, los jurados escucharon el lunes el inicio de un inusual juicio en Estados Unidos a un exfuncionario federal mexicano acusado de aceptar sobornos para ayudar a los narcotraficantes que debería estar combatiendo.
Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, lugarteniente de los Beltrán Leyva, se presentó la mañana de este lunes como el primer testigo. Dijo que García Luna recibía dinero mensualmente del Cartel de Sinaloa. En una ocasión, reveló, se entregaron entre 14 y 16 millones de pesos en cajas de papelería de parte de Arturo Beltrán Leyva, líder del cártel que llevaba su nombre.
Los pagos eran en billetes desde los 20 dólares, pero usualmente eran en billetes de 100 dólares, aunque “El Grande” reveló que en una ocasión, el pago fue tan grande que no cupo en una sola camioneta SUV, por lo que el cártel le prestó otra camioneta para llevar las cajas de efectivo, siempre de acuerdo con el relato del convicto.
El pago más alto mencionado por Villarreal Barragán, el de 16 millones de dólares, fue en pago por el valor de la mitad de dos toneladas de coca obtenidas de otros grupos antagónicos con la ayuda de la Agencia Federal de Investigación (AFI), bajo el mando de la SSP, quien proporcionó la información para apoderarse del cargamento.
Las reuniones donde se pagaba a las autoridades se hacían supuestamente, entre otros sitios, en plena capital mexicana. Al lugar no sólo acudía García Luna, sino también su mano derecha, Luis Cárdenas Palomino, quien junto con otro colaborador de García Luna, Ramón Pequeño, fueron acusados en Estados Unidos de recibir sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa. De acuerdo a los fiscales estadounidenses, ambos “permitieron al Cártel de Sinaloa operar con impunidad en México” durante años.
En esas reuniones acudían también líderes del cártel, incluidos Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, quien en el pasado ya ha acusado a altos funcionarios de recibir sobornos de parte de los grupos criminales y lo que abriría la puerta también a que pueda ser uno de los testigos en carpeta de los fiscales estadounidenses.
Otro de los detalles que sobresalió en la primera parte del cuestionamiento a “El Grande” –que mañana podría ser interrogado por la defensa de García Luna para revirar las acusaciones– es que, aproximadamente en 2003, el líder de los Beltrán Leyva le habría regalado supuestamente una motocicleta Harley Davidson al funcionario. De acuerdo con el testimonio, García Luna agradeció el presente y le pareció muy bonita.
Villarreal Barragán además dijo que, cuando no se podían llevar a cabo reuniones en persona, la comunicación se realizaba a través de radios, más difíciles de rastrear y de intervenir.
Primer día
Después de lanzar un beso a su esposa e hija en la sala del tribunal, Genaro García Luna, quien alguna vez fue el principal funcionario de seguridad pública de México, observaba sin mostrar mucha reacción mientras se pronunciaban los alegatos iniciales. Su caso abarca la política mexicana, el extenso y violento narcotráfico, la incómoda relación entre ambas esferas y la relación entre Estados Unidos y México en el combate a las drogas y la corrupción.
“La persona que se suponía que estaba a cargo de luchar contra el cártel de Sinaloa en realidad era su bien más valorado… y con su ayuda, el cártel ganó millones”, dijo el Fiscal federal asistente Philip Pilmar al jurado. Calificó a García Luna como “un hombre que traicionó a ambos países: el suyo y el nuestro”.
Agregó que aunque García Luna se hacía pasar en ambos países como un héroe del combate a las drogas ilícitas, se encargó de que el cártel recibiera información sobre las investigaciones, tuviera paso fácil para la cocaína a través de puntos de revisión policiales y escoltas policiales, y, en ocasiones, incluso insignias oficiales para miembros del cártel. Agentes entregaban cargamentos de drogas personalmente de los aeropuertos, y actuaban como mercenarios para matar a personas que el cártel quería desaparecer, afirmó Pilmar.
García Luna ha dicho que es “mentira, difamación y perjurio a mi persona que cualquier individuo, policía o grupo delictivo me haya entregado algún bien económico o material”.
Su principal abogado, César de Castro, le dijo a los miembros del jurado que la acusación del Gobierno se basa en “rumores, especulación y las palabras de algunos de los mayores criminales del mundo”: miembros de cárteles dispuestos a testificar en su contra.
“Ningún dinero, ninguna foto, ningún video, ningún texto, ningún email, ninguna grabación, ningún documento, ninguna prueba creíble, verosímil, de que Genaro García Luna ayudaba al cártel”, dijo el abogado en su alegato inicial. Describió el caso como “un alarde muy público y airado” de un gobierno de Estados Unidos que abandonó a su socio en la lucha contra las drogas.
De Castro dijo que la persecución diligente de García Luna contra grupos narcotraficantes le ganó una amplia gama de enemigos, incluidos cárteles, policías corruptos y políticos que se oponían a la guerra contra las drogas. El abogado argumentó que los miembros de cárteles que están dispuestos a testificar mienten para disminuir sus propias sentencias y vengarse de un funcionario público que consideran responsable de su aprehensión.
“No dejen que los cárteles jueguen con ustedes”, le dijo al jurado.