Hacían grandes parrandas en base antinarco de Guerrero, hoy en ruinas

EDUARDO YENER SANTOS
QUADRATÍN/APAXTLA

En lo alto de la Sierra de Guerrero se encuentra una obra de construcción abandonada y deteriorada. Murallas, pisos, cimientos y techos destruidos, es lo que queda de lo que alguna vez fue la Base de Operaciones, Adiestramiento y Capacitación (BOAC) que dependía de la Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía.

Del año 2002 a 2006, la Base fue un centro de capacitación y adiestramiento para policías, militares y agentes federales que se entrenaron en combatir los cultivos de enervantes en la Sierra de Guerrero, Durango, Sinaloa, Jalisco, Michoacán y Oaxaca.

Edificado en 2000, durante el periodo del presidente Vicente Fox Quesada y cerrado en 2006 antes de que concluyera su sexenio, hoy el centro de adiestramiento federal ubicado en la comunidad El Caracol, en la sierra de Apaxtla, está abandonado y en ruinas.

Los espacios que fueron los dormitorios, el comedor, la cocina, el salón de fiestas, el área de aterrizaje con capacidad para seis helicópteros, las canchas y la alberca están destruidos.

Esta obra que costó 30 millones de pesos permanece sola y la naturaleza cubrió el concreto con pastizales. Incluso se observan cantidades de estiércol de caballos, burros y vacas.

De acuerdo con notas periodísticas de medios nacionales, en abril de 2002 la PGR puso en operación el prototipo de instalaciones para combatir el narcotráfico y se le conoció como base aérea El Caracol.

Esta base, fue inaugurada por el entonces procurador federal Rafael Macedo de la Concha y las instalaciones tenían como objetivo capacitar a los agentes de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI). La base instalada en medio de la nada y en lo alto de la Sierra, tenía capacidad para albergar a 600 personas.

Los habitantes cuentan anécdotas de lo que vieron en su momento, pero lo que más recuerdan son “las fiestas y parrandas que se realizaban al interior del centro de capacitación, y que duraban varios días, cuando llegaba la gente en helicópteros”.

La mayor parte de las calles de este pueblo están pavimentadas, sin embargo no cuentan con centros de salud y sus escuelas están deterioradas. Algunos pobladores lamentan que esas instalaciones pudieron ser utilizadas para una institución educativa o para un hospital, pero solo les quedan las ruinas y los recuerdos de lo que fue y lo que pasó en dicha base.