*José Rubén Nava Noriega acusa al titular de Semaren, Angel Almazán, de desatar una guerra sucia en su contra
*“Quiere controlar el presupuesto de Zoochilpan, que es del 6 millones de pesos”, asegura
*Lo acusa también de que ha colocado en la administración del parque a sus familiares
ROGELIO AGUSTÍN/SNI
CHILPANCINGO, GRO.
“No fueron cabras pigmeas, fueron chivos comunes”, sostuvo, José Rubén Nava Noriega, ex director del Zoochilpan, al denunciar que es víctima de una guerra sucia desatada en su contra por el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren) del Gobierno de Guerrero, Ángel Almazán Juárez, quien sostiene, pretende controlar los seis millones de presupuesto que cada año recibe dicho parque ecológico.
Nava Noriega asegura que el titular de Semaren ha emitido acusaciones en falso para desacreditarlo, también con la intención de colocar varios espacios a varios familiares, por lo que anticipó, ya se alista para proceder legalmente en su contra, a raíz del daño moral que representa la información difundida en los últimos días.
El ex funcionario sostuvo que todos los movimientos realizados durante el tiempo en que estuvo al frente del Zoológico de Chilpancingo estuvieron apegados a derecho, a avalados por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del Gobierno de la República y por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
De hecho, acusó al titular de la Semaren de haber manipulado el informe exhibido durante la transmisión del martes 31 de enero, lo que confirma su interés de perjudicarlo mediáticamente.
Niega tortura
a venado
La tarde del miércoles, Nava Noriega dijo a los medios de comunicación, que efectivamente, el 6 de enero de 2022 recibió un venado en condiciones sumamente delicadas, luego de que fuera atacado por una jauría de perros callejeros en las inmediaciones del fraccionamiento Zinnia.
En esa parte, indicó que el ejemplar le fue entregado por personal de Protección Civil, que fue maniatado inadecuadamente y que eso le generó problemas de estrés, por tratarse de un animal silvestre, que no estaba acostumbrado a la cercanía de personas.
Admitió que cortó las aspas del venado sin anestesia, pero aclaró que se trata de una parte del animal que no genera dolor por tratarse de keratina, similar a las pesuñas de los caballos o las vacas, que se cortan de la misma manera o se les colocan herraduras sin problemas.
“Incluso yo me corto las uñas sin anestesia”, dijo el ex funcionario.
Lo que sí rechazó, es que el venado haya sido suturado sin anesteSia, y enfatizó que eso nadie puede comprobarlo porque al hacer la intervención al animal estuvo completamente solo.
Los watusis
Respecto a los cuatro watusis que ya no están en el zoológico, dijo que efectivamente los otorgó en un intercambio de equipo de radio comunicación y de sonido, porque son elementos de los que carecía el parque y que ante la carencia, de manera recurrente se tenía que recurrir a la renta de los mismos.
Dijo que, además, los animales ya estaban en condiciones de hacinamiento, que la dimensión de los cuernos representaba el riesgo de lesiones y que, por lo tanto, lo correcto era desahogar racionalmente la población, buscando un trato provechoso para el parque.
Admitió que no están en una instalación pública, que terminaron en manos de particulares y se negó a proporcionar detalles de los actuales poseedores, bajo el argumento de que “se trata de personas que no quieren que se les exhiba”.
Ante la persistencia de los cuestionamientos, dijo que se trata de una comercializadora, sin proporcionar más detalles.
En todo caso, insistió en que el movimiento contó con el aval de las autoridades.
La cebra ya
era un peligro
Respecto a las condiciones en que se intercambio una cebra, dijo que fue una medida necesaria porque el macho padre, al notar el embarazo de la hembra, ya había mostrado conductas agresivas, pues recurrentemente se golpeaba y comenzaba también a lastimar a los demás.
Bajo esa circunstancia, en un primer momento se tomó la determinación de separar al mayo adulto, pero después se generó la posibilidad de intercambiar a la cría por tres ejemplares de ciervo rojo, especie que no tenía el parque y que representa un nuevo atractivo para el parque.
Del movimiento, enfatizó que se entregó toda la documentación a la Profepa y la Semarnat.
Aunque en la conferencia de prensa José Rubén Nava presentó un paquete de documentos y mostró algunas fotografías de los animales mencionados en la revisión hecha por Semaren, Profepa y Semarnat, no entregó copias a los reporteros.
Guerra sucia
El ex director del Zoochilpan sostiene que nunca tuvo el respaldo del titular de Semaren, porque este pretendía imponer en el cargo a su sobrino, José Alberto Catalán Almazán.
Agregó que además que el secretario ya tiene un hermano trabajando, que es Benito Almazán Juárez, y un yerno al que asegura, le hicieron una plaza “porque sabe interpretar el lenguaje de señas, siendo el maestro Fidel Montemayor Zetina”.
“Pero, además, en los proyectos ya estaba metiendo a su hijo, Roberto Carlos Almazán Núñez. Eso no puede ser, quería el zoológico lleno de sus familiares, quería hacer una empresa familiar”, aseguró.
Cada año, el zoológico recibe un financiamiento público de 6.5 millones de pesos, lo que asegura, el titular de Sermaren quería controlar.
Fueron chivos,
no cabras
A pregunta expresa, José Rubén Nava reconoció que hubo una posada de fin de año en el zoológico, pero aclaró que lo que se comieron fueron chivos comunes, no cabras pigmeas.
“Fueron chivos de mi propiedad, chivos, no cabras”, indicó.
Explicó que en el informe de entrega recepción, recibió 5 ejemplares de cabras pigmeas y que al dejar el espacio dejó siete, lo que confirma que hubo reproducción durante el tiempo en que permaneció al frente del parque.
Por esa razón, indicó que lo dicho por el titular de Semaren es un invento que tiene la intención de desacreditarlo.
Y en consecuencia, destacó que ya se prepara para responder jurídicamente a la guerra sucia desatada en su contra, para reclamar entre otras cosas, la reparación del daño moral.
