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Fue ejecución, concluye Encinas en Caso Nuevo Laredo

*Jóvenes asesinados en Tamaulipas no estaban armados ni se enfrentaron a militares, fue ejecución, dijo el subsecretario de Derechos Humanos

SINEMBARGO
CIUDAD DE MÉXICO

Los cinco jóvenes asesinados el pasado 26 de febrero en Nuevo Laredo, Tamaulipas, no estaban armados ni se enfrentaron con miembros del Ejército, informó el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez.

“Tenemos que esperar la investigación que se solicitó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, toda vez que no se trató de un enfrentamiento con los jóvenes, fueron ejecutados”, dijo Encinas Rodríguez a medios al interior de la Cámara de Diputados.

Agregó: “Esperemos que vengan las conclusiones de la comisión para dar cuenta de lo que pasó, que  hay evidencias de que los jóvenes no iban armados”.

El funcionario agregó que la subsecretaría a su cargo se pronunciará formalmente en cuanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dé a conocer los resultados de la investigación y destacó que la investigación debe abordar la responsabilidad de la cadena de mando en el operativo.

“Por supuesto que la investigación debe de abordar la responsabilidad de la cadena de mando en este operativo, no solamente le actuar de los elementos de las fuerzas armadas”, detalló.

Encinas estuvo en la Cámara de Diputados para presentar la iniciativa para crear la ley de memoria ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.

El caso

El pasado 11 de marzo, el diario El País publicó un reportaje en el que reveló que el segundo sobreviviente del ataque ocurrido en Nuevo Laredo contó a la Fiscalía General de la República (FGR) que soldados le dispararon hasta en dos ocasiones, pese a que él ya se encontraba malherido, tirado en el piso mientras pedía ayuda.

En el reportaje del periodista Pablo Ferri, quien tuvo acceso a una copia de la declaración de Luis Gerardo, refiere que lo dicho por el segundo sobreviviente coincide “prácticamente en todo” con la del otro superviviente, Alejandro Pérez, que salió ileso.

De acuerdo con Pablo Ferri, en el informe que firmó el oficial al mando del operativo militar, los jóvenes víctimas de la agresión no cargaban armas; “salían de una discoteca e iban de vuelta a sus casas. Los militares les siguieron y dispararon. Lo hicieron en más de 60 ocasiones”.

Sin embargo, el argumento de la Secretaría de la Defensa (Sedena) es que el “estruendoque provocó el choque de los muchachos con un carro estacionado provocó que algunos soldados dispararan”.

La declaración a la que tuvo acceso El País reza que los elementos de la Sedena dispararon desde diferentes posiciones, tal como sugerían los estudios de necropsia realizados a los cuerpos de los cinco muertos. Asimismo, el diario señala que Luis Gerardo “N” argumentó que dispararon varios soldados de al menos dos camionetas, más de los cuatro que mencionó en su informe el capitán Elio “N”.

“Yo ya estaba muy herido. De hecho estaba tirado en el piso, unos soldados me pisaban la cara con las botas y decían que nos iban a matar porque éramos del [Cartel del] Noreste. Recuerdo perfectamente que uno de los soldados me tiró por la espalda, cuando yo estaba herido, tirado a un lado de la llanta de la camioneta en la que veníamos”, se lee en la copia de declaración a la que accedió El País.

Pablo Ferri continua con lo expuesto por el muchacho en la declaración: “Me puse en posición fetal, porque yo ya sólo miraba rojo, vomitaba sangre. Fue entonces cuando este soldado me pateó con sus botas en la cara”. Además, el segundo sobreviviente señaló que desde la primera ráfaga de disparos pidieron auxilio, una ambulancia, la cual tardó mucho en llegar.

El País resaltó que este segundo relato coincide en buena parte con el de Alejandro Pérez, primer sobreviviente.

“Los dos cuentan que el sábado 25 de febrero acudieron con otros cinco amigos a una discoteca del centro de Nuevo Laredo, en la frontera de Tamaulipas con Texas. Salieron de allí en la madrugada ya del domingo, pasadas las 4:00. Subieron en la camioneta de una de las víctimas mortales, Gustavo Suárez, y se dirigieron a la colonia Cavazos Lerma, en el sur de la ciudad. Luis Gerardo ‘N’ cuenta que ‘al llegar a [la calle] Iglesias Calderón, esquina con la calle Huasteca’, zona sur de la colonia, vio cuatro camionetas militares. Acto seguido, dice, dos de las cuatro empezaron a seguirles”, explica el periodista Ferri.

Además, el reto de Luis Gerardo también coincidiría con el video de la cámara de vigilancia de la zona, en la que quedó capturada una parte de la persecución.

Según el diario, los dos sobrevivientes recalcaron que en la persecución, una de las camionetas militares chocó con la suya, provocando que los muchachos impactaran con un vehículo estacionado en la calle, un Hyundai Accent azul marino. Estas declaraciones contrastan con la versión de la Sedena, en la que se apuntó que los jóvenes chocaron solos.

“Luis Gerardo insiste varias veces en su declaración en que los militares preguntaron por sus armas. Al parecer, pensaban que los muchachos llevaba rifles o pistolas”. “Cuando yo me bajé de la camioneta, les dije a los soldados que por qué nos tiraban, si no traíamos nada, que andábamos tomando. Ellos nos decían que éramos del Noreste, que dónde estaban las armas”, se expuso en su declaración.

Los informes de necropsia de las cinco víctimas no permiten asegurar o descartar esto último. El conductor y el copiloto presentaron 12 y 10 heridas de bala, respectivamente. De los cinco de atrás, además de los supervivientes, uno presentaba cinco heridas, otro dos y otro una. Este último murió de ese balazo, un disparo en la sien.

A dos semanas de lo ocurrido, las autoridades no han dado gran relevancia al caso. Hasta el momento se ignora el estatus de los militares, es decir, no se sabe si los militares están libres o presos.

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