Instituto Indigenista del gobierno de la 4T despidió a una mujer por ser adulto mayor

*Alejandra Flores tiene 65 años, de los cuales 39 laboró en el INPI

*Su ex jefe Manuel Velázquez Quintero le quitó la plaza para asignarla a otra persona

MARCIAL CAMPUZANO
CHILPANCINGO, GRO.

Sin causa justificada de por medio, el representante en Guerrero del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) Manuel Vázquez Quintero, despidió a una empleada administrativa de 65 años de edad y con 39 años de servicio en esa dependencia federal, con el argumento de que la plaza que ostenta debe ser ocupada por otra persona.

La afectada Alejandra Flores Reyes recurrió esta mañana a la Comisión de Defensa de Derechos Humanos del estado, para presentar una queja por el despido injustificado. Posteriormente acudió a las instancias laborales para presentar la denuncia, ante la posibilidad de que Manuel Vázquez le levante un acta de abandono de empleo, porque a partir de esta mañana le prohibieron  el ingreso al inmueble que ocupa la representación del INPI en Guerrero.

En entrevista que concedió en la banqueta que colinda con las oficinas del INPI, Alejandra narró a los periodistas que el pasado jueves llegó a las instalaciones del Instituto la abogada María del Carmen Dolores proveniente de la Ciudad de México, quien a través de otra persona le pidió que se presentara a la oficina de Manuel Vázquez, quien inmediatamente le pidió que presentara mi renuncia voluntaria.

“Les pregunté el motivo y que me dieran un escrito, se negaron a darme el escrito” con lo que se confirma que hubo un despido injustificado. “Les insistí que por escrito expusieran los motivos del despido, y me dijeron que por ser personal de confianza no tengo derecho a eso, que era mi último día que tenía que laborar aquí y que me tenía que ir”.

Sólo le argumentaron que su despido fue ordenado por el director general del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas Adelfo Regino Montes, a solicitud de Manuel Vázquez Quintero.

La mujer con 65 años de edad, consideró injusto su despido como trabajadora de confianza, después de haber dado 39 años de su vida al servicio público.

Dijo que le pidió al representante del INPI que le permitiera arreglar asuntos personales, y que en octubre de este año se iba de la oficina. “No quisieron”, e insistió en que se trata de un despido injustificado.

Pidió la intervención de las organizaciones de mujeres, “para que vean lo injusto que son las dependencias que después de toda una vida de trabajo nos pagan con un despido injustificado”.

Al no poder ingresar a su oficina, manifestó su temor de que le sea levantada un acta de abandono de empleo, “porque no hay ni un papel que me ampare de que fui despedida, y seguramente la presentarán como una prueba pero yo los voy a demandar”.

Alejandra Flores informó que por varios años estuvo adscrita en el programa de Educación Indígena, después en el área administrativa “llevando la contabilidad de Manuel Vázquez Quintero, le hacía sus viáticos; hacía soportes para bajar recursos federales, planes de trabajo, y subía todos los viáticos a un sistema de transparencia; hice muchas actividades para que ahora se me pague con una injusticia”.

“Tal vez argumenten que ya estoy vieja, pero las personas adultas también somos responsables en el trabajo”, indicó.

Recordó que hace un año Manuel Vázquez le pidió su renuncia “porque ya estoy grande, si es así, el presidente –de la República- ya está grande y sigue laborando”.

Informó que otras 2 mujeres también fueron despedidas por Manuel Vázquez Quintero.

“Tengo 65 años, no me siento vieja, mi trabajo lo hago con responsabilidad, pero bueno, esta es la cuarta transformación”, indicó. Denunció que en el INPI hay personal prepotente y déspota.