* Ella es hija del ex presidente municipal de Igualapa, Carlos Valdez Vinalay (1987-1989), quien se separó de su madre y migró a Estados Unidos
* Claudia Valdez Ramos asegura que fue en Marquelia donde su hermana Karla la privó de su libertad, con el apoyo de su esposo y de un grupo de judiciales (agentes de la Policía Investigadora Ministerial)
* “Al momento de mi detención el esposo de mi hermana me apretó el cuello, estuvo a punto de asfixiarme, luego los judiciales me esposaron y me llevaron al anexo de Acapulco”, refirió
FERNANDO SANTAMARÍA
MARQUELIA, GRO.
Lo que comenzó como una simple denuncia de maltrato familiar ahora se ha convertido en todo un caso de privación ilegal de la libertad y de abuso de autoridad, hechos en los que según la versión de la denunciante, Claudia Valdez Ramos, participó un grupo de judiciales (agentes de la Policía Investigadora Ministerial) quienes, de comprobarse su participación, pueden ser sujetos de proceso judicial por el delito de usurpación de funciones y lo que resulte.
Como se recordará, en la nota principal de la versión escrita del periódico El Faro de la Costa Chica, publicada el día lunes 20 de marzo, Claudia Valdez Ramos denunció: “Estuve tres meses anexada injustamente”.
En su denuncia, Claudia Valdez señala a su propia madre, Miriam Ramos Zamora; a su hermana Karla Valdez Ramos y al esposo de ésta, Clistidez Sandoval Trujillo, como los responsables de su privación ilegal de la libertad, dejándola anexada en el Centro de Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción AC (CRREAD), ubicado en el puerto de Acapulco.
También señaló que la razón por la que su madre y su hermana la quieren hacer pasar como loca, es para sacarla de su casa y no entregarle la parte proporcional de la venta de una casa, misma que su padre, el ex presidente municipal de Igualapa, Carlos Valdez Vinalay (1987-1989), le había dejado como herencia, inmueble que vendieron en 8 millones de pesos.
En conclusión, la finalidad de la nota, según la versión de la entrevistada, era limpiar su imagen de “loca” que su madre y su hermana le fabricaron al llevarla al CRREAD.
La gota que
derramó…
Sin embargo, el mismo día que se publicó la denuncia de Claudia Valdez Ramos, hacia las 8:33 de la noche, presuntamente su padre, Carlos Valdez Vinalay, desde el correo electrónico carlosvaldezsb@gmail.com, hizo llegar una carta aclaratoria hasta esta redacción, en la que señala que su hija padece “problemas de personalidad que requieren atención médica especializada”.
Además asegura que él, estando en Estados Unidos, “me di a la tarea de contactar un lugar donde recibiera tratamiento médico”. También hace énfasis: “Es mi responsabilidad su internamiento como es mi interés su salud y no dudaría en volver a buscar otro lugar en el ánimo de que ella recupere su salud”.
Incluso agrega que en su casa no existe “abundancia de dinero”, y afirma que durante los tres meses de internamiento de Claudia, “mantuvimos comunicación permanente”. Finalmente pide “que no se involucre a nadie más en estos acontecimientos”.
Es una carta
dudosa: Claudia
Fue precisamente la carta aclaratoria que supuestamente envió su padre, lo que hizo que Claudia solicitara una nueva entrevista para revelar mayores detalles de su privación ilegal de la libertad.
“Lo primero que quiero manifestar es que yo dudo de que esa carta la haya escrito mi padre. Ciertamente él es abogado, pero me sorprende la rapidez de su respuesta a la nota, sobre todo porque se supone que él trabaja todo el día en Estados Unidos”, aclaró Claudia.
La ex directora de Grupos Vulnerables en la presidencia municipal de Ometepec, labor que desempeñaba eficientemente al momento de su privación ilegal de la libertad, también señaló que ella no cree que su padre la haya tachado de loca en su carta, tampoco cree que su padre haya buscado el lugar para anexarla:
“Conociendo a mi padre, yo dudo mucho que él haya escrito esa carta, sobre todo porque mi padre platicaba mucho conmigo y él me decía que mi madre y mis hermanas eran las que estaban mal; de hecho, en Ometepec nos conocen como ‘la familia de las locas’, por el comportamiento de mi madre y de mis hermanas. Me da pena reconocerlo, pero si ustedes preguntan en Ometepec, les van a decir que sí, que nos conocen como la familia de las locas”.
La versión de Claudia Valdez, de que son conocidas por “la familia de las locas” fue confirmada por este reportero; e incluso, varias personas entrevistadas afirman que de esa familia “la mas sensata y responsable es Claudia”.
De hecho, se consultó con funcionarios de la presidencia municipal, quienes manifestaron que el mismo alcalde siempre reconoció que Claudia es una excelente funcionaria, quien trató con mucho amor a los adultos mayores y a las personas con capacidades diferentes que le tocó atender.
Origen
del odio
Cuestionada acerca del odio que le tienen tanto su madre como sus hermanas, Claudia Valdez asegura que esa historia no es nueva: “Desde siempre, desde que éramos unas niñas, mi madre siempre me maltrató y siempre tuvo mayor predilección con mis hermanas, sobre todo con Karla, quien la manipula a su antojo”.
Claudia asegura que los únicos familiares que le dieron mucho amor, aparte de su padre, fueron sus abuelos maternos, don Delfino Ramos Ortega (qpd) y Guadalupe Zamora de la Cruz (qpd), vecinos de Marquelia, con quienes vivió hasta los dos años de edad, regresando a Ometepec por petición de su padre.
Una semilla más de odio se sembró cuando su padre, Carlos Valdez Vinalay, se ganó un terreno que rifó el ya difunto sacerdote Rafael Cortés Gaspar, por el barrio del Dispensario. “Mi papá compró un boleto y lo puso a nombre de mi madre, y cuando se ganaron el terreno en la rifa, mi padre dispuso que ese terreno se repartiera entre todos, entre mi madre, mis dos hermanas, mi papá y yo. De hecho, a mí me dijo que por ser la mayor, me tocaría en la mera esquina y que a él le dejáramos solamente un rinconcito”.
Sin embargo, desde hace 15 años, Carlos Valdez Vinalay se separó definitivamente de su esposa y emigró a los Estados Unidos.
Según la versión de Claudia, aprovechando que su padre está en Estados Unidos, su hermana Karla convenció a su madre de que vendieran el terreno. “Yo supe que el terreno lo vendieron en 8 millones de pesos y se repartieron el dinero entre ellas. A ciencia cierta no me enteré cómo lo repartieron, pero todo el dinero se lo dejaron ellas, desde entonces comenzaron a hacerme la vida imposible para que yo me saliera de mi casa”.
Claudia asegura que quien ha maquinado todos los planes es su hermana Karla, a pesar de que a ella ya le habían heredado una casa cuando su padre aún se encontraba en Ometepec. “Un día mi papá me dijo: ‘¿cómo vez lo del reparto del terreno?’ Y entonces yo le dije: que de regalarle la casa que está por el centro de Ometepec a mi hermana Karla, porque ella ya estaba casada y pues eso le ayudaría más”.
El plan de
anexarla
_Entiendo que tu mamá te trataba con indiferencia, porque así me lo han manifestado varios vecinos de Ometepec; pero, ¿cómo le surgió la idea a tusa familiares para anexarte en una clínica para alcohólicos y drogadictos?
_Pues yo ya les estorbaba, querían deshacerse de mí, y el plan se les presentó cuando murió mi abuelita materna, Guadalupe Zamora de la Cruz, quien estaba con nosotros en Ometepec.
En esos días que se murió la mujer que más me amaba, yo estaba destrozada y me sentía muy sola; pues ellos se aprovecharon de mi sufrimiento para inventar que me robé 30 mil pesos y varias alhajas.
Primero dijeron que el dinero se lo robé a mi hermana Karla, y luego dijeron que no, que el dinero se lo había robado a la suegra. Hicieron un escándalo y yo decidí salirme y venirme a Marquelia, a este lugar donde yo fui muy feliz con mi abuela Guadalupe.
Pero al llegar a Marquelia me dio mucha tristeza llegar a la casa de mis familiares, porque eso me hacía recordar más a mi abuela, así que decidí hospedarme en el hotel Corazón de la Costa.
“Los judiciales
me esposaron”
Claudia Valdez narra que su hermana Karla, su esposo, Clistides Sandoval Trujillo, y un grupo de judiciales llegaron al hotel donde se hospedaba, para detenerla.
“Llegaron a mi cuarto, me empujaron la puerta, me sometieron, el esposo de mi hermana me quitó el celular, me tiró al suelo para someterme y me agarró del cuello, me estaba ahorcando, cuando mi hermana le gritó que me iba a matar, que me soltara; y fue ahí donde me esposaron los juciales”.
_¿Los judiciales te presentaron alguna orden de aprehensión?
_No, no me la presentaron.
_¿Y te llevaron esposada hasta Acapulco?
_Si, así me llevaron hasta Acapulco.
Amigos que
abogaron
Claudia Valdez asegura que prácticamente durante los tres meses de su encierro no le permitieron comunicarse con su padre. “Es por eso que le digo, cómo es posible que mi padre diga en su supuesta carta que se mantuvo en comunicación constante conmigo, cuando la verdad es que casi hasta los tres meses me dejaron hablar con él, y fue en esa llamada cuando me dijo ‘yo a tu hermana no le creo nada, ella me dice que hizo un contrato para mantenerte 6 meses ahí, pero yo ya te voy a sacar de ahí, voy a pagar los 15 mil pesos que están pidiendo en el anexo, yo te voy a seguir apoyando, pero no quiero que vayas a asistir a ninguna iglesia cristiana’”, refirió.
La entrevistada asegura que una de las cosas que su madre y sus hermanas no le toleran es que ella asista a una iglesia cristiana y que ya convencieron a su padre de que también él le prohíba que se congregue, porque ahí solamente le lavan el cerebro.
Durante los tres meses que Claudia estuvo “anexada” recibió la visita de varios amigos y de varios pastores evangélicos, quienes estuvieron presionando a los directivos del CRREAD para que la libera, pues no registraba ninguna adicción; de lo contrario, procederían a denunciarlos por privación ilegal de la libertad.
“Hasta donde yo sé, si no me hubieran liberado en esa semana, las autoridades hubieran visitado el anexo por petición de varias amistades, porque mis amistades les decían a los encargados del anexo que yo estaba bien y que si ellos no se percataban que estaba bien, o si me estaba recluyendo por dinero; incluso les mostraron fotos y videos de mi desempeño como directora del área de Capacidades Diferentes”.
Las amistades de Claudia también presionaron a su hermana para que la sacara del “anexo”.
Epílogo
Después de la publicación de la privación ilegal de la liberad de Claudia Valdez Ramos, cientos de personas han avalado su “buen estado de salud” e incluso la diputada local, Marben de la Cruz Santiago, ofreció su acompañamiento y asesoría para que presente su denuncia ante la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en el Estado de Guerrero, para que se le haga justicia por todos los atropellos de que ha sido objeto.