*Sin disturbios, a pesar de que no hubo vigilancia policiaca ni estructuras de metal resguardando edificios públicos
*Por primera ocasión, transexuales marchan en la capital de Guerrero, temían ser objeto de discriminación
ROGELIO AGUSTÍN/SNI
CHILPANCINGO, GRO.
Por miedo a ser asesinadas o desaparecidas, también por el reclamo de justicia en casos que permanecen impunes, alrededor de mil mujeres, entre académicas; estudiantes, trabajadoras del hogar y madres solteras acompañadas de sus hijas salieron a manifestarse a las calles de Chilpancingo.
Fue la primera ocasión en que un grupo de transexuales tomaron parte de las protestas del 8 de marzo en Chilpancingo; temían que se les discriminara, pero al final se sumaron a la columna humana que vistió de violeta el centro de la ciudad sin que nadie cuestionara su presencia.
Como una más, al contingente que comenzó a caminar en la alameda Granados Maldonado se sumó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), Cecilia Narciso Gaytán.
Aunque fueron pocas, llamaron la atención las mujeres lideradas por Petra Hermillo Cayetano, quien desde hace más de 20 años trata de integrar en un gran frente a las trabajadoras domésticas de la capital de Guerrero.
Otra figura ampliamente reconocida, María Luisa Garfias Marín, ex diputada local por el Partido del Trabajo (PT), ex consejera electoral y académica de toda la vida en la prepa 9 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).
En esa preparatoria, el martes 7 de marzo, un grupo de alumnas colocaron un tendedero para denunciar a sus acosadores, entre los que se encuentran maestros y alumnos.
También por primera ocasión, la retaguardia de la marcha fue acompañada por mujeres de acaballo, una de ellas ataviada con blusa, sombrero y paliacate color violeta.
En el caso de Chilpancingo no hubo destrozos en edificios públicos, a pesar de que no se utilizaron estructuras de metal para resguardarlo y tampoco se movilizó a los cuerpos de seguridad para mantener a raya a las manifestantes.
Las consignas
El feminicidio, la desaparición forzada y la pérdida de seres queridos a consecuencia de la inseguridad, fueron los plantamientos que más recurrentemente se plantearon en las lonas y pancartas exhibidas este miércoles.
“Ojalá que nunca te toque ver cómo la inseguridad te quita el amor de tu vida”, dice una cartulina blanca rotulada con letras negras, la porta una joven morena que viste pantalón de mezclilla y blusa color negra.
“Resiste: Flor lleva 224 días sin ver a su hija”, denuncia otra mujer que utiliza letras color violeta, rojas y verde para imprimirle vida a su denuncia.
“Con 20 años tú sabías que estaba mal, con 10 años, no sabía que sería un trauma más”, relata otro mensaje plasmado en papel rosa.
“Pido que Guerrero no esté infestado de violadores y acosadores”, exigen las letras rojas pintadas sobre una superficie verde, que es levantada en todo lo alto por una joven vestida completamente de negro.
“Yo te cuido, tú me cuidas”, proponen las leyendas azules y fiushas escritas sobre delantales beige del pequeño grupo que acompaña a Petra Hermillo, incansable defensora de las trabajadoras domésticas.
“Quiero morir de vieja, no por ser vieja”, exige una estudiante universitaria, mientras otra mujer coloca en su cartulina los rostros de sus pequeños hijos para reclamar: “quiero volver a casa sana y salva, ellos me esperan”.
“Yo protesto porque vivo con miedo”, “Si un día me matan, no dejen sola a mi mamá”, “Mamá, hoy grito lo que a ti te hicieron callar”, “hablo por Cecilia, porque ella ya no puede”, son frases cortas, que sintetizan los temores que prevalecen entre las mujeres de la capital de Guerrero.
Entre los feminicidios impunes que se recordaron este miércoles, se encuentra el de Leslie Gabriela Bello Mancera, asesinada hace seis años y cuyo perpetrador permanece sin castigo.
Otro caso que se denunció como impune fue el de Julia Olea Cortés, trabajadora del Hospital del Niño y la Madre en Chilpancingo, asesinada en 2022 y para quien se reclamó justicia durante la movilización de este ocho de marzo.
Las actividades cerraron en la plaza central Primer Congreso de Anáhuac, sin que se registrara un solo disturbio.