*Fue auxiliada por el encargado de la gasolinera de San José Ejido y su hija enfermera
*Empleados de PC Ometepec llegaron a trasladar a la parturienta y su bebé al hospital general
JORGE OCTAVIO VARGAS SANDOVAL
QUADRATÍN/OMEREPEC, GRO.
En una escena de valentía y humanidad, Maricruz Basilio Rojas, una indígena tu’un savi (mixteca) de 24 años, originaria de la localidad serrana de Llano del Tigre en el municipio de Tlacoachistlahuaca, vivió un inusual y exitoso parto bajo un árbol de almendro en las instalaciones de la gasolinera de la comunidad de San José Ejido, en Ometepec.
Afortunadamente la oportuna intervención del empleado de la gasolinera y su hija, permitió un parto sin dificultad. Luego de lo cual, la madre y su bebé fueron entregados a elementos de Protección Civil Municipal, quienes las llevaron para su valoración al Hospital IMSS Insabi.
La historia
La historia cobra vida gracias al heroísmo del empleado de mantenimiento de la estación de gasolina, Marcelino Esteban Torralba Rodríguez, su hija Lizbeth Torralba Rojas, enfermera de profesión, el esposo y trabajadores de la gasolinera, propiedad del empresario Eduardo Adame Montalván.
Aunque inicialmente reacia a hablar sobre el evento, Maricruz Basilio Rojas finalmente compartió la experiencia única de dar a luz bajo circunstancias poco convencionales, mientras era asistida por el empleado de la gasolinera y su hija enfermera. En un emocionante relato, Torralba Rodríguez mencionó cómo él mismo y su familia ayudaron a extraer y cortar el cordón umbilical de la recién nacida en el suelo de la estación de combustible.
“Apoyamos a la señora durante su parto, junto con su esposo y mi hija Lizbeth Torralba Rojas, y gracias a Dios todo salió bien”, declaró el héroe sin capa. Cuando se le preguntó si él mismo cortó el cordón umbilical, respondió: Sí, le corté el cordón. Mi hija es enfermera.
La encargada de la gasolinera, Leticia Jerónimo Martínez, elogió la rápida y eficiente respuesta de los empleados al riesgo inminente. Aunque llamaron a los rescatistas, la situación urgente llevó a los trabajadores de la estación a proveer asistencia de primeros auxilios, incluso asegurando un frasco de alcohol para el procedimiento y brindando apoyo moral a la joven madre y al padre.
Según Martínez, “el parto fue rápido, y es realmente un regalo divino para nosotros. Es raro ver algo así en una gasolinera”.
Este no es el primer caso de intervención de emergencia para Marcelino Esteban Torralba. En el año 2000, también estuvo presente en el parto de una mujer que dio a luz en las cercanías de la gasolinería. Sin embargo, esta vez, el parto ocurrió dentro de las instalaciones.
A las 8:50 horas, la niña llegó al mundo y, después de que trabajadores de Protección Civil municipal verificara su salud, madre e hija fueron trasladadas al hospital general IMSS-Bienestar de Ometepec para una revisión rutinaria.
Este hombre de avanzada edad, que ha demostrado su inquebrantable compromiso con la sociedad y reflexionó sobre su papel en estas situaciones extraordinarias. “En el año 2000, también nació un bebé frente a la gasolinera, y yo lo atendí. Gracias a Dios, ambos partos tuvieron un final feliz”.