* El primero en desaparecer fue Domingo Ayala Pérez, (a) El Indio, hijo de don Marcelino Ayala, comisario municipal
* El Indio salió por la mañana de la Barra, 8:00 de la mañana, rumbo a Marquelia. Pero se le perdió la pista
* El segundo en ser levantado, éste si con lujo de violencia, en su casa, fue Walter Marín, pero lo soltaron cuatro horas mas tarde
FERNANDO SANTAMARIA
MARQUELIA, GRO.
Gran movilización policiaca provocó el cierre de la carretera Acapulco-Pinotepa, a la altura del puente de Marquelia, por varias decenas de vecinos de la Barra de Tecoanapa, quienes protestaban por la desaparición y levantón, respectivamente, de dos pescadores.
“Los barreños” llegaron al puente de Marquelia a eso de las 8:00 de la noche del sábado 30 de septiembre, minutos después de que un comando de hombre armados, según la versión de su propia madre, levantó a Walter Marín, un joven pescador de 26 años de edad, a quien se llevaron de su casa, “robándose hasta las monedas que había en la tienda”.
Junto con los padres de Walter Marín, en el bloqueo también se presentó Marcelino Ayala Cruz, actual comisario municipal y padre de Domingo Ayala Pérez, (a) El Indio, quien llevaba desaparecido alrededor de doce horas, cuando se dirigía a Ometepec, pero que después de hacer una escala en Marquelia, se le había perdido la pista.
Bloqueo
total
El bloqueo a la carretera fue total, una patrulla con elementos de la Policía Estatal llegó al lugar, pidieron permiso de cruzar para iniciar la búsqueda, los increparon, los insultaron, pero los dejaron cruzar.
Tras dos horas de bloqueo el embotellamiento se extendía por kilómetros en ambas direcciones, llegaron dos patrullas de militares del 48 Batallón de Infantería, quienes también pidieron el paso para incorporarse a la búsqueda e igualmente fueron ofendidos por los manifestantes. También protestaron en contra de López Obrador por su política de “abrazos y no balazos”. Desesperados gritaban: “López Obrador recibe los abrazos y nosotros los balazos”.
Luego de reclamarles con “sorna”, los “barreños” aceptaron dar paso a los militares, pero los automovilistas comenzaron a colocarse delante de las patrullas para que también se les diera paso.
Las mujeres de la Barra exigieron que sólo se les diera paso a los uniformados, a nadie mas; en respuesta los automovilistas anunciaron que ellos iban a bloquear el paso a los soldados; los ánimos se caldearon, se intercambiaron insultos por varios minutos.
“Ustedes ya están avanzando, ya les llegó el refuerzo de los militares, déjenos avanzar a nosotros, pónganse en nuestro lugar”, reclamaban.
Por un momento continuaron con más insultos, pero luego cesaron; “no hay paso para militares”, sentenciaron los automovilistas; “no hay paso para nadie”, remacharon los barreños y tomaron sus trincheras.
Mientras los militares trataban de mantener la calma tanto de manifestantes como de automovilistas, a la distancia, quedaron atrapados los alcaldes de Marquelia, Lincer Casiano Clemente; de San Luis Acatlán, Adair Hernández Martínez; de Juchitán, Antonio Moctezuma Flores; de Ometepec, Efrén Adame Montalván y de Tlacoachistlahuaca, Yareth Saraí Pineda Arce, quienes habían asistido al segundo informe del gobierno municipal de San Marcos.
Pie a tierra, los presidentes municipales de Marquelia, San Luis Acatlán y de Juchitán llegaron hasta donde se encontraban los familiares de los desaparecidos y Lincer Casiano Clemente habló con los padres de ellos. Les propuso alternativas con el afán de que se permitiera el paso a los militares para que se redoblara la búsqueda de Walter y del Indio. Los familiares de estos aceptaron incluso que cruzaran por lo menos cuatro automovilistas que se habían colado a las patrullas, los acomedidos del bloqueo se inconformaban: “Vamos a perder fuerza si dejamos cruzar muchos carros”.
Llegó
Walter
Finalmente, fue el propio presidente de Marquelia el que pidió el apoyo de los automovilistas para que no pasara nadie, sólo los militares. Lincer Casiano comenzó a organizar la valla para darle paso a las patrullas, y justo cuando los militares ya estaban cruzando se escuchó la algarabía de que Walter Marín había sido liberado y que estaba arribando al bloqueo.
El joven Walter llegó sereno y sonriente, “estoy bien, no me pasó nada”, dijo, mientras su madre lo abrazaba. Los policías estatales quisieron entrevistarlo pero varios de sus amigos evitaron la entrevista. “Walter, no”, prácticamente le ordenaron; un policía le entregó un celular a Walter: “Te habla tu papá”, le dijo; Walter tomó la llamada, pero se negó a atender las recomendaciones de su padre; “no estoy traumado, todo esta bien, hay mañana hablamos”, le dijo a su padre, cortó la llamada y siguió festejando con sus amigos.
Falta uno
“Todavía nos falta uno”, comenzaron a gritar la mayoría de los barreños para retomar el ritmo del bloqueo, mientras una joven mujer sustituía las cartulinas que pedían la aparición de Walter Marín por nuevas cartulinas que decían “todavía nos falta Domingo Ayala Pérez”.
En esos momentos, con la representación de la Secretaría General del Gobierno del Estado, se presentó Germán Herrera Clemente, y con la representación de la Fiscalía del Estado, se presentó el agente del Ministerio Público, Pedro Araujo, quienes con el acompañamiento de los jefes de las diferentes corporaciones policiacas y con el alcalde de Marquelia, Lincer Casiano Clemente, dialogaron con los familiares del aun desaparecido para que liberaran la carretera y que todos se reincorporaran a la búsqueda.
Los barreños sólo aceptaron abrir el bloqueo por espacio de 15 minutos, para desahogar el embotellamiento.
Sin embargo, ante la insistencia del alcalde de Marquelia y el compromiso de las diferentes corporaciones policiacas de redoblar la búsqueda durante toda la noche, convencieron a los familiares de que se quitara el bloque definitivamente y les insistieron en que ellos, los ciudadanos voluntarios, también ayudaran, pues conocen todas las brechas de la región; los manifestantes que estaban más radicales durante el bloqueo se dedicaron a desanimar a la voluntarios “a ellos (a los uniformados) les pagan y tienen la obligación de hacerlo, nosotros no tenemos nada que hacer en ese búsqueda”.
Hacia las 12:30, ya del nuevo día, el bloqueo del puente se había desactivado.
Epílogo
Walter Marín, el pescador que fue levantado con violencia por un grupo de hombres armados desde su propio domicilio, fue liberado cuatro horas después del “levantón”, mientras que Domingo Ayala Pérez, (a) El Indio, hasta la media noche del domingo, después de 40 horas de haber perdido contacto con sus familiares, sigue desaparecido.
Las autoridades continúan la búsqueda.