KARLA GALARCE SOSA
QUADRATÍN GUERRERO
El ingeniero forestal agremiado a la Asociación Mexicana de Arboricultura (AMA), Miguel Ángel Zapata López alertó que la falta de cobertura vegetal luego de que el huracán Otis arrancó del 50 al 80 por ciento de los árboles en esta ciudad, aumentó de cuatro a cinco grados la temperatura.
Advirtió que sin intervención humana para recuperar los ejemplares que sobrevivieron al huracán, la recuperación podría tardar dos décadas años y en el transcurso del tiempo, podrían perderse especies endémicas como el palo morado y el zorrillo enano (spilogale pygmaea).
“Habrá una regeneración natural, van a subsistir los (árboles) más resistentes en un principio, pero si nosotros no le metemos ganas, no vamos a ver en 20 años una recuperación total”, advirtió el también responsable de dos Unidad de Manejo Ambiental, una de iguanas y otra de palo morado en Acapulco, las cuales también registraron daños por el huracán.
Como ejemplo habló del palo morado, especie forestal en peligro de extinción, que requiere conservar ejemplares juveniles en un sotobosque, lo que implica la sombra de árboles adultos para crezcer y se fortalezcan, pues son menos susceptibles de crecer y a no recuperarse sin la cobertura de un árbol adulto que los proteja del rayo del sol.
“Lo que no tememos ahora es cobertura vegetal porque se la llevó Otis, cuando empiece a recuperarse un poco, todos los árboles juveniles, los rebrotes de palo morado no van a subsistir a la siguiente temporada y vamos a tener un daño tremendo”, señaló.
El experto en arborización indicó que al perderse una especie, derivaría en pérdida de biodiversidad en cadena, pues el endemismo está relacionado con especies de plantas y animales.
“El daño será mayúsculo si no ponemos atención y si no ponemos manos a la obra”, expresó Zapata López.
Puntualizó que si se acaban estos arboles se terminan especies nativas como el zorrillo enano manchado, el pilogalis pigmeo australis endémico de Acapulco, registros en estudios de la base de datos de flora y fauna de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coordinados por el científico Gerardo Ceballos González.
Estimó que tan solo en la cañada de Las Brisas que viene de la universidad Loyola se perdió el 70 por ciento de sus árboles, lo que representa miles de hectáreas de ejemplares.
Antes, explicó que las ciudades presentan problemas en la masa arbórea citadino y Acapulco, antes de que Otis arrancara sus árboles, no era la excepción, por lo que ante la ponderación de la siembra de árboles de índole comercial o de especies exóticas la población de especies nativas había disminuido.
“El ejemplo es el Ficus benjamina y los tabachines, que son especies de las que se ha abusado ante el rápido crecimiento y la facilidad de hallarlas en viveros, lo que deriva en otras especies, nativas o inducidas para conservar un ambiente de mayor biodiversidad. Tenemos especies nativas que podríamos tener para poder subsistir y en esta coyuntura que estamos pasando por el impacto del huracán Otis es el momento adecuado para tener más robles maculis, por ejemplo, que son especies nativas y que han sufrido mucho en la avenida Costera porque para que haya marquesinas los han talado y dañado cuando han hecho podas innecesarias”, puntualizó.
Otro árbol emparentado, sugirió, es el primavera de flores amarillas y cobertura menuda, los tulipanes africanos, los lluvias de oro, las astronómicas, las orquídeas de árbol, árboles con flores muy llamativas con buena vista pero cuya población lamentablemente han ido disminuyendo con el paso de los años.
“Los árboles nos proveen de múltiples paisajes ambientales, el paisaje, la recarga de acuíferos, aliento, sombra, la captura de carbono, entre muchos otros beneficios. Es importante conservar nuestra masa arbórea y no solo de la ciudad, sino también del parque nacional El Veladero, el Bicentenario, la cañada Las Brisas, la cañada de la Loyola la isla de la Roqueta son espacios muy importantes de conservación y estas selvas bajas y medianas caducifolias, los manglares en los cuerpos de laguna en Coyuca, Tres Palos y Negra de Puerto Marqués. Tenemos un reto muy grande, muy importante para poder rescatar nuestra ciudad en materia ambiental”, concluyó.