Entre nosotros también se vivió la Revolución Mexicana: Paz Rojas
BOLETÍN/AYUNTAMIENTO
CUAJINICUILAPA, GRO.
En la ceremonia cívica de conmemoración de los 113 años del inicio de la Revolución Mexicana, la mañana del lunes 20 de noviembre, el
presidente Edgardo Miguel Paz Rojas, se refirió a que este
acontecimiento político y social también tuvo repercusiones en la
región, cuando varios pueblos indígenas se adscribieron al movimiento iniciado por Madero, dado que el Plan de San Luis estipulaba que los pueblos originarios recuperarían sus tierras comunales.
Ante regidores y servidores públicos de su Administración, reunidos en la plaza cívica «Gilberto García Bernardino», después de los honores la Bandera y de cantarse el Himno Nacional, Paz Rojas emitió las siguientes palabras:
“El 20 de noviembre de 1910, Francisco Ignacio Madero inició un
movimiento armado que involucró a todas las clases y sectores sociales de México, para terminar “con la dictadura de Porfirio Díaz y establecer elecciones libres y democráticas”, y, también, para
restituir a los pueblos y comunidades indígenas sus tierras originales,
de las cuales habían sido despojadas por los hacendados a lo largo de los siglos.
“En esta región, los pueblos indígenas de Huehuetán, Igualapa, Acatepec y Ometepec se sumaron al Plan de San Luis, emitido por Madero, para recuperar la posesión originaria de sus tierras comunales, las que les habían sido arrebatadas por los hacendados.
“A fines de 1910, indígenas armados de esos pueblos iniciaron el
movimiento revolucionario en Ometepec y recuperaron a sangre y fuego sus títulos de propiedad; después, vinieron a Cuajinicuilapa y quemaron parte de la hacienda Miller, para, luego, irse a Pinotepa Nacional a recuperar otros títulos de propiedad de sus tierras comunales.
“En ese tiempo, la mayoría de los negros de Cuajinicuilapa estaba al
servicio de los Miller, y algunos de ellos eran parte de sus guardias
armados, quienes se enfrentaron con los indígenas revolucionarios por defender a sus patrones, los hacendados.
“No sería sino hasta 1913 que los negros de San Nicolás, bajo el mando de Ezequiel “Ezequías” Olmedo, pelearon contra los ricos, los hacendados Miller, por la posesión de las tierras en que vivían y que trabajaban, las que habían pertenecido a los bienes comunales de
Huehuetán, al igual que las de Tierra Colorada, hasta que los frasteros blancos se apropiaron de ellas con malas mañas, las que no descartaron al asesinato.
“Pero estas hazañas de los pueblos indígenas y negros de esta región
contra los hacendados no tuvieron buen fin, porque, en seguida, las
propias autoridades revolucionarias, encabezadas por el maderista
Enrique Añorve Díaz, masacraron a varios caudillos de su propio
movimiento para regresar a los hacendados esos títulos de propiedad de los comunales indígenas, los que apenas habían recuperado, según lo prometido en el Plan de San Luis.
“Y, en el caso de San Nicolás, después de mucho luchar contra los
terratenientes, Ezequiel Olmedo fue asesinado en Ometepec por un matón al servicio de los Miller; de ello, da cuenta el corrido: Cuando
Ezequiel ‘taba vivo/ ni un rico bajaba al Bajo…
“Ese movimiento social y político que llamamos revolución mexicana no ocurrió lejos de aquí, también aquí mismo se vivieron sus acciones, también nuestros antepasados participaron en ella, para bien o para mal, y les afectaron esas acciones.
“Y aunque la revolución no solucionó los problemas que la motivaron, sí propició que, con los años, décadas después, tuviéramos en México contiendas electorales democráticas y que, con el también negro Lázaro Cárdenas, la población negra de esta región tuviera acceso a la tierra, a través del ejido, tal vez sin mucha lucha ni mucho esfuerzo.
“Por ello ahora, en la conmemoración de la revolución que iniciara
Madero, el día 20 de noviembre del año 1910, recordamos estos hechos nuestros, muy cercanos, porque también debemos tener presente y no olvidar que nuestros antepasados afromexicanos han sido protagonistas de la historia mexicana».