*Las treguas entre grupos criminales “no son la paz deseada, pero si la paz posible”, dice
*No se debe criminalizar a los sacerdotes por los diálogos que buscan la paz
JESÚS DORANTES/SNI
CHILPANCINGO, GRO.
Las treguas entre tres los grupos criminales de los Tlacos, Ardillos y la Familia Michoacana, generan una paz que no es la verdadera pero si a la que se puede aspirar por el momento asegura el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio.
El también director del Centro de Derechos de las Víctimas Minerva Bello durante su visita a Tlacotepec cabecera municipal de Heliodoro Castillo, dónde se celebro una misa para agradecer la paz que genera la tregua entre dos grupos rivales, reconoció que el trabajo de la Iglesia a un no termina.
A pregunta expresa sobre si el actual acuerdo entre los líderes de tres de los principales generadores de violencia en la entidad podría perdurar, destacó que dependerá de la voluntad de ellos, pero también de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Por lo que advirtió que la tranquilidad y ausencia de violencia que se vive en las zonas dónde operan los Tlacos, Ardillos y la Familia Michoacana, representa una versión de paz que no es a la que se quisiera llegar.
“No es para nosotros la paz verdadera, la paz deseada, pero si es la paz posible, queremos una paz continua que no solamente dependa de dos líderes, que nadie pueda arrebatarla, eso un proceso largo y creemos que se hizo ya un canal de diálogo, por lo que debe continuar el diálogo antes de las armas”.
Además el “Padre Fili” señaló que pese a no ser un logro solamente de la Iglesia, los representantes de la fe católica fueron una pieza fundamental siendo mediadores “Más que ser triunfalistas, si contribuimos mucho, desde que inicio este conflicto atendidos a los desplazados, a las familias que estaban sufriendo las consecuencias de esta violencia y el diálogo que han tenido las autoridades eclesiásticas, la motivación que pusieron en esto, somos mediadores”.
Situación que señaló también ameritaba hacer un exhorto a las autoridades de los tres niveles de gobierno a cumplir “con lo que dicen que les toca”, sin criminalizar a los sacerdotes o los pobladores de ciertas comunidades.
“La Iglesia puede mantener los canales de comunicación limpios y abiertos, pero también el Estado debe de vernos como parte de la solución y no los comiencen a vincular con los grupos delictivos, también detrás de cualquier eslogan que le quieran poner a un pueblo de crimen organizado , hay familias y niños, tenemos que entrar en una etapa de reconciliación en este país”.
Por último señaló que ante el resultado que se obtuvo buscarán intervenir en la Costa Grande, dónde aseguró que les han solicitado su ayuda para pacificar.