La violencia agrava enfermedades entre familiares de las víctimas
*Blanca Hernández busca a su hijo desde hace año y medio
*Tiene cáncer y cada vez avanza más
ROSARIO GARCÍA OROZCO
SNI/CHILPANCINGO, GRO.
«Me mataron un hijo, me desaparecieron otro, y tengo cáncer», dijo Blanca Mónica Hernández Castro, integrante del colectivo «María Herrera» del municipio de Chilpancingo.
Relató que hace más de dos años uno de sus hijos fue asesinado, y el otro se mantiene en calidad de desaparecido desde hace año y medio, «y mi enfermedad avanza cada día más, sino fuera por los compañeros de la organización no podría solventar el costo del medicamento, que es caro”.
Su hijo César Alberto Chávez Hernández desapareció el 9 de junio del 2022, en Chilpancingo.
Mientras que su otro hijo, Mauricio Manuel fue asesinado seis meses antes, el 6 de enero del 2022, en esta ciudad capital.
«Soy sola, eran mis únicos dos hijos, por eso les pido a las autoridades que si no pueden garantizarnos seguridad, por lo menos nos cumplan con el pago de apoyos que ya están en la ley», expresó la madre enferma.
Blanca Hernández es una de los 150 familiares de víctimas de violencia, a quienes les suspendieron el pago de un apoyo alimentario que mensualmente debe entregar la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas.
Pidió a las autoridades correspondientes que hagan su trabajo y realicen las investigaciones sobre la desaparición de personas, «porque en la fiscalía no hay nada, cuando pregunto al agente que está encargado de mi caso, y me dice que no hay nada de avances».
Agregó que a un año y medio de la desaparición de su hijo las autoridades «no hacen ningún tipo de investigación y así estamos muchos».
Finalmente, comentó que el hecho de saber que le mataron a un hijo y le desaparecieron a otro agrava su salud, y ya se encuentra en una fase avanzada de cáncer.