Vecino de Cuaji denuncia que sus familiares quieren despojarlo

* Dionicio Melo Camarillo asegura que sus familiares incluso han intentado asesinarlo

LUIS HERNÁNDEZ
CUAJINICUILAPA, GRO.

A más de tres años de sufrir vejaciones y ataques en contra de su persona por parte de sus propios familiares, el adulto mayor de 85 años, originario de Ometepec, Dionicio Melo Camarillo, denunció que autoridades agrarias y ministeriales han sido indolentes a sus demandas de justicia, por lo que solicita que autoridades federales intervengan en su auxilio.

A decir del octogenario, hijos, nietos y hasta un sobrino están en contubernio con autoridades para despojarlo de sus bienes patrimoniales como lotes urbanos, casa habitación, ganado y un terreno de 40 hectáreas empastado para ganado bovino, propiedades que ha logrado acumular a lo largo de su vida trabajando como campesino y que esperaba disfrutar en su vejez.

Con documentos en mano, Melo Camarillo expone que ha denunciado los ataques en su contra por diversos delitos que van desde improperios, despojo, lesiones e intento de homicidio de quienes intentan matarlo para no pagarles el dinero que le deben y quitarle sus terrenos y casa, utilizando a sicarios para amedrentarlo, al grado de que, en afán de salvaguardar su integridad física y emocional, ha tenido que cambiar de domicilio e irse a vivir a Cuajinicuilapa hasta donde han llegado desconocidos merodeando su casa.

Según Melo Camarillo, su hija, Socorro Melo Ramírez, es quien con más saña lo ha tratado sin que con eso quiera decir que sus demás hijos y nietos, incluso su sobrino, el exdiputado local, Eduardo Basilio Melo, hayan sido menos crueles con él en su afán de dejarlo sin sus propiedades producto de su trabajo.

Sin precisar la fecha, declara a este medio lo que pasó cuando estaba Mario Navarrete de presidente municipal de Ometepec y fue detenido su yerno, Antonio Chacón, marido de su hija Socorro Melo Ramírez, en un retén apostado en San Juan de los Llanos, municipio de Igualapa, de la entonces conocida como policía judicial

“Desde antes, Socorro me debe 120 mil pesos en calidad de préstamo y 40 mil pesos que le debía al señor Facundo Secundino yo se los presté, cuando cayó preso mi yerno vendí 10 anegas de maíz a Ramiro Sánchez para que lo pudieran sacar de la cárcel, el dinero que me dieron de la venta del maíz se lo entregué prestado, no conforme con eso, me pidieron dinero para pagar una Urvan que mi yerno estaba utilizando en el transporte publico de Ometepec, vendí 50 vacas para pagar esa deuda.”

El quejoso dice que su hija, Socorro Melo Ramírez, también ocupó una casa de su propiedad sin su consentimiento ubicada en el barrio de la Guadalupe, exactamente en la calle Hidalgo número 22, por lo que tuvo que ir a presentar su demanda por despojo ante la Fiscalía General del Estado, ya que en la agencia del Ministerio Público de Ometepec las demandas nunca han progresado debido a que en ese lugar se encuentra trabajando su nieta, Gregoria Chacón Melo, como secretaria.

Dionisio Melo presenta a la vista un pagaré firmado por la cantidad de 50 mil pesos, que su nieto Rigoberto Chacón Melo usaría para hacer una casa en Las Vigas, además de una demanda en su contra, ya que en contubernio con las autoridades, vendió 5 lotes de su propiedad ubicados en la colonia Campo Aéreo, valuados actualmente en 250 mil pesos cada uno, por lo que pide se investiguen los hechos y le den íntegramente ese dinero que asciende a más de un millón y medio con los intereses.

Alega que prestó en efectivo 270 mil pesos a otro de sus nietos, Rogelio Chacón Melo, después de vender una casa en la colonia Campo Aéreo, pero la maldad y ambición de sus familiares fue mayúscula cuando se pusieron de acuerdo para planear la compraventa de un terreno de 40 hectáreas a favor de su sobrino, Eduardo Basilio ,Melo por la cantidad de 5 millones de pesos, cantidad de dinero que se habrían repartido entre ellos, cual botín después de un atraco.

“Cuando mi hija Margarita Melo Ramírez trató de informarme de la falsa compraventa de mi terreno de 40 hectáreas, Socorro y sus hijos: Rigoberto, Octavio, Gustavo y Rogelio planearon su muerte por envenenamiento, mi nieta Isabel Contreras Melo puede atestiguar todo lo que estoy diciendo y mi propio sobrino, Eduardo Basilio Melo, se presentó a mi casa en Cuajinicuilapa para hacerme amenazas veladas.”  

También acusa a su hija, Eugenia Melo Ramírez, de querer quedarse por la mala con una casa de su propiedad en la colonia Dos Cruces, presumiendo documentos falsos donde supuestamente le vende el propio hijo de Dionicio todo esto, según el quejoso, en acuerdo con la comisaría ejidal del núcleo agrario de Ometepec.

Dionicio Melo también involucra a la maestra de un jardín de niños, de nombre Luz Adriana García Reyes, quien pretende quedarse con un predio habitacional ubicado en la colonia Dos Cruces, y dice temer que la docente concrete sus fechoría ya que cuenta con un historial de avaricia y ambición por adueñarse de una casa de su exsuegra, cambiando documentos y firmas en común acuerdo con la comisaría ejidal de Ometepec y reclamando derechos de su difunto esposos con propiedades a sus excuñados.

“Para no pagarme, han intentado matarme por lo menos en tres ocasiones: la primera fue cuando me echaron una motocicleta en movimiento ocasionándome fracturas y lesiones, por órdenes de mi hija Socorro uno de sus compadres de pila de ella, a quien apodan “el chinduyo” junto con la hija de éste confesaron que les prometieron la cantidad de 50 mil pesos con tal de asesinarme. Fui atendido en el hospital de la amistad, pero debido a la gravedad de las lesiones me trasladaron a un hospital de Acapulco porque había recibido golpes en la cabeza”

“La segunda vez que me quisieron quitar la vida fue cuando contrataron a cuatro sicarios y pidieron a dos de mis amigos que “me pusieran” cerca de la carretera que va a la colonia Hidalgo para que cayera emboscado, les recomendaron que no me mataran a balazos, sino a garrotazos, para no hacer mucho escándalo”

“La tercera ocasión utilizaron a la policía ciudadana de la UPOEG para golpearme cuando fui a ver una barda que estaba construyendo en un uno de mis lotes, ubicado en la colonia dos cruces en Ometepec, al subirme a la patrulla de la policía ciudadana el comandante no dejaba de golpearme a pesar de que no puso ninguna resistencia debido a mi avanzada edad, me golpearon con tanta saña que estuve a punto de desmayarme. Los policías ciudadanos eran azuzados por mis hijos Socorro, Julia, Eugenia, Minerva y Efraín que se encontraban presentes y nunca me defendieron de la golpiza”

Asegura Dionicio Melo Camarillo que las demandas por agresiones, intento de homicidio, despojo y lo que resulte ya se encuentran radicadas en las oficinas de la Fiscalía del Estado y que a la fecha no han hecho caso por lo que teme que los agresores queden impunes y se salgan con la suya por lo que pide al presidente AMLO lo ayude antes de salir del gobierno.