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La cálida ola verde en Cuajicon Hilde Salinas Mariche

*Cierra su campaña en la cabecera municipal de Cuajinicuilapa Hildeberto Salinas Mariche, candidato del PVEM

*“El domingo 2 de junio salgamos a votar… Recuerden que la Cuarta Transformación también es verde”

*Lo acompañan Marco de la Mora y Raúl Uranga candidatos a diputados federal y local

MOISÉS CRUZ VERGARA
CUAJINICUILAPA, GRO.

El sol está alto en el firmamento. Ya son las nueve de la mañana del domingo 26 de mayo. El calor ya hostiga a las personas que acuden al llamado del profesor Hildeberto Salinas Mariche para acompañarlo en lo que se suele nombrar “cierre de campaña” o, como dicen los organizadores, “la marcha de la victoria”. Los cuarenta, cincuenta asistentes están bajo la sombra.

Poco a poco, ciudadanos de la cabecera municipal y de las comunidades del nuevo municipio de Cuajinicuilapa (nuevo, porque éste ya es otro, distinto, que no existía antes, con un 25 por ciento menos de habitantes) se van arrimando. Muchas personas visten alguno de los dos o tres modelos de playeras verdes, las distintivas del Partido Verde. “Cumplir es nuestro deber. Verde”, “Claudia Sheinbaum, presidenta. La Cuarta T se pinta de verde” y, así, por el estilo.

Unas señoras de Maldonado preguntan si esta vez les darán playeras, porque no trajeron las que les dieron antes. Les responden que no, porque podría superarse el tope de los gastos de campaña. Al otro lado de la carretera, en un restaurante, los funcionarios del INE almuerzan: les corresponde vigilar que no se infrinja la reglamentación electoral. Una de aquellas está regalando mangos de su tierra.

La gente está animada; algunas personas ríen. Se repite constantemente: “Somos verdes”, “vamos con el Verde”, “con todo, con el Verde”. La convicción de que ganarán las elecciones del 2 de junio campea entre estos ciudadanos. La mayoría se deja retratar, con orgullo, vanos; algunos, hasta piden ser retratados. Parece que ni sienten la calor, así, “la” calor, que entre nosotros éste es un uso legitimado por siglos de castellanización y criollización.

A las nueve con veinte minutos llega el candidato a la presidencia municipal, acompañado de su esposa y uno de sus hijos. La hora de inicio de la marcha son las diez de la mañana, pero nuestros usos y costumbres establecen que se cite para una hora antes, porque así somos los mexicanos, según: llegamos una hora después.

A las nueve y media, la asistencia se ha multiplicado: andamos por ese lugar unas quinientas personas; la mayoría, simpatizantes y militantes del Partido Verde. Apelotonados, en bola. Muchedumbre, pues. Tierra Colada, Vaivén, Colonia Miguel Alemán, El Quizá, Altos de Baraña, etc., se van sumando y sumando personas. Minutos antes de las diez, somos unos mil, calculo. Llegan los candidatos del partido a la diputación local y a la federal. Muchas banderas, en manos de mujeres, sobre todo, ondean. La marcha inicia a las diez con cinco minutos.

Van a la cabeza: Mariche Salinas y su esposa, Marco de la Mora, Raúl Uranga y los candidatos a regidores del Ayuntamiento de Cuajinicuilapa. Desbordados, los simpatizantes y militantes del Verde los siguen, apelotonados, ocupando toda la calle y las banquetas, donde las hay, y en el lugar que debieran estar, donde no las hay. Una especie de maestro de ceremonias va arengando a los marchistas y saludando e invitando a la gente que, en las banquetas, en los comercios o en las casas los mira pasar. Algunos se suman. El gentío se desplaza con rapidez, fluido, animado, sin ser inmune a la alta temperatura, a la calurosa temperatura, pero como si lo fuera.

Hay mucha gente espectando (o sea: mirando con curiosidad, para enterarse, hasta con morbo) para ver si son más o si son menos que la primera vez, cuando abrieron esta campaña. Y responden a los saludos de quienes encabezan la comitiva, el mitin moviéndose por la avenida principal hacia el salón de usos múltiples. El candidato está contento, y ríe, a veces, abiertamente. Siente la aceptación de gentes del centro del pueblo. Está animado, radiante. Sus compañeros también lo están.

A las diez con veintitrés minutos están bajando por la calle Manuel Zárate. Raudos. Un hombre me cuenta que el candidato V. P. ContanTino anda diciendo que el de Cuaji es como los cuches, que nomás le suenen el “mái” y llega corriendo. Suena a la frase que utilizaba la que se vislumbra como perdedora de la presidencia de Xochistlahuaca, “Shade” Rocha: “Con dinero baila el negro”, la que utilizaba en sus campañas para diputada. Parece que ahora, ni pagando el voto a cinco mil (como dicen que lo hace) ganará. Y, ella sabe de negros, acá estudió un tiempo.

A las diez con cuarenta, todo mundo está instalado en las sillas del salón de usos múltiples; los líderes, en el templete. En la sombra se está mejor y, más, porque ya les dieron bolsitas de agua fría, con las que se refrescaron, cuando menos, la garganta. Hay discursos de los candidatos: De la Mora, Uranga, Salinas Mariche. El de éste dura unos ocho minutos: la recolección de la basura, el abasto de agua potable, la seguridad pública, dice, son los asuntos que mayor atención tendrán por parte del Ayuntamiento que encabezará. Es un hombre de trabajo y honesto, dice. Y llama a la gente a votar para que, una vez que gane, trabajar porque la población de Cuajinicuilapa tenga oportunidades para vivir mejor. Juntos, pueblo y gobernantes, es la fórmula para dar continuidad a la transformación que se necesita, propone: una sociedad cuijleña, más justa, más igualitaria, más democrática, más amorosa y más fraterna.

Bajan del templete para tomarse la foto con la muchedumbre (unos mil quinientos, calculo, después de contar las sillas por filas y columnas). Luego, muchas personas quieren hacerse una foto con el candidato, con los candidatos. Confían en el triunfo. ¡Verdes, verdes, verdes! ¡Todos los votos, los cinco, por el Verde! Inician a repartir la comida, la llevan a los lugares donde están los sentados; después de ello, de satisfacer su hambre, inicia la marcha, desordenada, hacia sus lugares de origen. En el aire parecen flotar las palabras de “Hilde” Salinas: “El domingo 2 de junio salgamos a votar… Recuerden que la Cuarta Transformación también es verde”. Y, cuando menos por acá, así parece: ni Morena, ni PT, sino Partido Verde.

Sólo éste mostró su fuerza política, inhibidora; los demás candidatos no tuvieron inicio de campaña y, muy probablemente, tampoco tendrán cierre: han hecho campaña en la clandestinidad, a la sorda. Los asistentes a esta marcha tienen una opinión contundente: ¡Les vamos a ganar!, dicen, repiten, creen. En unos días lo sabremos.

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