RICARDO MONTOYA / LA JORNADA
TULANCINGO, HGO.
Una de las tres jóvenes que fueron encontradas degolladas en una vivienda de la localidad de San Isidro, municipio de Santiago Tulantepec, Hidalgo tenía cuatro meses de embarazo, confirmó Balbina Garrido Reyes, mamá de dos de las víctimas.
Con la voz entrecortada y los ojos llorosos, entrevistada junto con otros familiares afuera de las oficinas de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH) en Tulancingo, Balbina relató que es mamá de las hermanas Yesenia Joselín y Guadalupe Sánchez Garrido, de 25 y 23 años de edad respectivamente.
Comentó que desde hace algún tiempo las dos jóvenes decidieron vivir de forma independiente en un departamento de dos plantas que rentaron en la calle Miguel Hidalgo, a cinco cuadras de donde viven sus padres.
Yesenia Joselín trabajaba como laboratorista en un centro de estudios clínicos, en la ciudad de Tulancingo, y Guadalupe en una sucursal de tiendas Triple B; también estaba a punto de terminar sus estudios en la licenciatura de criminalística.
Con ellas vivía, desde hace aproximadamente cinco meses, Daniela, quien según la señora Balbina sus hijas tenían un año de conocer y quien presuntamente trabajaba como paramédica en la dirección de Protección Civil de Pachuca, y que tenía entre 24 y 25 años de edad.
Esta información no ha sido confirmada ni por la dirección de Protección Civil de Pachuca, ni por la del estado de Hidalgo.
Agregó que sus hijas conocieron a Daniela en Tulancingo, donde también vendía productos por catálogo; que supo que trabajó por algún tiempo en la Cruz Roja de Tulancingo, también cómo paramédica. Todos los días tenía contacto telefónico con sus hijas, la última vez que habló con ambas fue el pasado sábado en que convivieron en familia en el municipio de Cuautepec.
Dijo que la noche del lunes, pasadas las 21 horas tuvo la última comunicación con Guadalupe, quien incluso pagó su recibo de luz a través de una tarjeta bancaria. Después de que su hija le informó que había pagado, Balbina se fue a dormir.
El martes Intentó comunicarse con ambas jóvenes vía telefónica, sin lograrlo, lo cual le causó extrañeza. Al no tener noticias de ellas a lo largo de todo el día, se contactó con Samuel, un amigo de las muchachas, quien era compañero de trabajo de Guadalupe y que vive cerca de la casa de dónde vivía.
Según Balbina, Samuel era de total confianza de Guadalupe y tenía llaves de su casa. Samuel le comentó a Balbina que ese martes Guadalupe no había acudido a trabajar. Entonces le pidió que acudiera a la casa para averiguar qué pasaba.
Minutos después, el joven le llamó y le pidió que fueran Balbina y su esposo a la casa de sus hijas y que llamarán a la policía. En el trayecto la pareja encontró al velador de la localidad, a quien Balbina le pidió que llamara a una patrulla porque les había pasado algo a sus hijas.
Al llegar a la casa encontraron afuera al joven llorando, quien les pidió que no pasaran. Balbina y su esposo, con angustia, entraron al inmueble. En uno de los cuartos hallaron a Daniela, con las manos atadas y amordazada. La joven estaba degollada. En otra habitación encontraron a sus hijas en las mismas condiciones.
Tanto Balbina como sus familiares comentaron que si bien han recibido buen trato del personal de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, consideraron que las investigaciones van muy lentas.
Uno de los primos de las jóvenes advirtió que en caso de que no se agilicen las investigaciones, y no se capture al o a los autores del triple crimen, van a proceder a cerrar la circulación de la carretera México -Tuxpan.
Aunque las primeras informaciones señalaban que las tres víctimas eran de Tijuana, Baja California, al parecer solo Daniela, cuyos apellidos se desconocen, era de esa entidad, ya que sus amigas eran de Santiago Tulantepec.