*La señora Antonia acudió a la celebración eucarística con las dos fotografías de sus hijos, ambos choferes asesinados
YASMÍN GARCÍA/SNI
CHILPANCINGO, GRO.
Durante la bendición de las unidades del transporte público, los trabajadores del volante pidieron más seguridad, en el contexto de las a festividades de la virgen de la Asunción de María.
La señora Antonia acudió a la celebración eucaristica con las dos fotografías de sus hijo José Ernesto y Eduardo Rafael, ambos chóferes del transporte público asesinados mientras trabajaban.
La madre de familia relató que este día significa mucho para ella, ya que honra la memoria de sus hijos trabajadores del volante.
El mayor, José Ernesto era chófer de una urvan de la ruta Oriente, fue asesinado hace ocho años.
Al menor, Eduardo Rafael, chofer de la Urvan 391 de la ruta Plan de Ayala lo asesinaron hace un año, en los ataques que se suscitaron en contra de los transportistas a consecuencia de la pugna entre dos organizaciones delictivas, cuando varias unidades fueron calcinadas y el servicio se suspendió durante cinco días.
Doña Antonia pidió a las autoridades brindar seguridad a los trabajadores del volante, ya que de manera evidente, muchos han muerto al realizar su trabajo.
«Que brinden mayor seguridad porque no es justo que les quitan la vida a personas que nada tienen que ver», aseguró.
Los hermanos José y Eduardo dejaron a dos niños y una niña en la orfandad.
En la misa, la madre de familia pediría a Dios que haga justicia ante la falta de resultados de las autoridades.
Hugo, chofer de la ruta Oriente manifestó que en este día le pide a Dios que lo cuiden y le permitan regresar todos los días a su casa, después de su jornada laboral.
«Significa dar gracias por que nos permite trabajar y pies agradecer qué seguimos año con año, que de la bendición a la camioneta mi volante y que me deje llegar a mi casa», dijo Hugo quien lleva ocho años trabajando en el transporte público.
En la misa el sacerdote Benito Cuenca Mayo reconoció el desempeño de los trabajadores del volante y pidió por su integridad física, además recalcó que nadie tiene el derecho de arrebatarles la vida.
«Que se imponga la razón, la fe y el fruto de nuestra dignidad somos hijos de Dios, nadie tiene derecho a ponernos una mano encima mucho menos quitarnos la vida», clamó el representante de la iglesia.