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A 27 años del huracán Paulina, así fue su devastador impacto en Acapulco

*Es considerado uno de los fenómenos más mortíferos y costosos de México, así como un recordatorio imborrable del poder destructivo de la naturaleza

LIBERTAD GUERRERO
ACAPULCO, GRO.

El 09 de octubre de 1997, Acapulco vivió una de las peores tragedias naturales de su historia. El huracán “Paulina”, que alcanzó la categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, azotó la costa de Guerrero y Oaxaca, dejando un rastro de destrucción sin precedentes.

A 27 años de este desastre, que generó cientos de muertes y afectaciones materiales, el recuerdo sigue vivo en la memoria de los habitantes del municipio.

“Paulina” se formó el 05 de octubre de 1997 como una onda tropical al sur de Huatulco, Oaxaca, y rápidamente se intensificó hasta convertirse en un huracán de gran magnitud. El 07 de octubre alcanzó su pico máximo con vientos sostenidos de 215 kilómetros por hora y rachas de hasta 240 kilómetros por hora, provocando su designación como huracán categoría 4.

Para el 08 de octubre, el fenómeno tocó tierra en Puerto Escondido, Oaxaca, degradándose a categoría 3, pero su impacto fue devastador, causando inundaciones, deslaves y destrucción masiva.

El huracán Paulina continuó su trayecto hacia Guerrero, donde afectó gravemente al puerto de Acapulco. En sólo 24 horas, las lluvias torrenciales registraron un acumulado récord de 411.2 milímetros, lo que desencadenó una serie de desastres naturales que sepultaron barrios enteros bajo el lodo.

El desbordamiento de los ríos Papagayo, La Sabana y El Camarón, junto con los derrumbes en las cadenas montañosas de la bahía de Acapulco, provocaron flujos de lodo que arrastraron casas, vehículos y todo a su paso.

Las consecuencias fueron catastróficas: más de 5 mil viviendas resultaron destruidas, cerca de 300 mil personas quedaron sin hogar, y la cifra de fallecidos osciló entre 230 y 400, con decenas de desaparecidos. El puerto quedó prácticamente incomunicado, con puentes colapsados y carreteras intransitables.

El costo de los daños ocasionados por Paulina se estimó en 80 mil millones de pesos, posicionando a este fenómeno como uno de los desastres naturales más costosos de México. El huracán no solo destruyó infraestructura, sino que también afectó gravemente a las comunidades más vulnerables, dejando un profundo impacto social que sigue presente hasta el día de hoy.

A 27 años de la tragedia, el huracán Paulina sigue siendo un recordatorio de la necesidad de mejorar las medidas de prevención y respuesta ante desastres naturales. La reconstrucción de Acapulco y las zonas afectadas llevó años, y aunque el puerto ha logrado recuperarse en gran medida, el impacto de Paulina permanece en la memoria colectiva de México.

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