*Llanto, gritos de justicia y las porras que fortalecieron su campaña de proselitismo, en la jornada del último adiós de Alejandro Arcos Catalán
*Políticos, familiares y habitantes de colonias populares saturaron primero la iglesia de Santa Cruz, luego la catedral de la Asunción de María y finalmente la plaza central
*«Le quedaste grande a Chilpancingo», señalaba pancarta colocada en la puerta del Ayuntamiento
ROGELIO AGUSTÍN
CHILPANCINGO, GRO.
Primero fueron cientos, después miles de ciudadanos los que acudieron a despedir al presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, asesinado la jornada del domingo.
Desde la madrugada del lunes, familiares, amigos y aliados en la política llegaron a la parroquia de Santa Cruz para tomar parte del velorio.
La jornada se desarrolló en un ambiente de tristeza y respeto. Diversos personajes de la política, empresarios, comerciantes y miembros de la sociedad civil se dieron cita para darle el último adiós al presidente municipal asesinado el domingo 6 de octubre.
La despedida del alcalde se convirtió en un evento solemne donde el dolor y la indignación se mezclaron entre los asistentes.
Ya entrada la tarde, el cortejo se desplazó hacia el centro, avanzando por las avenidas Benito Juárez e Ignacio Ramírez, creciendo el contingente en número de manera evidente y rápida.
La catedral de la Asunción de María también fue saturada por la concurrencia, pero la cantidad de personas que llegaron hasta la plaza central para tomar parte de la ceremonia de despedida superó en mucho las expectativas.
Rezo y
clamor
La iglesia de Santa Cruz se encuentra en la parte baja del centro de Chilpancingo, a escasos metros de las vialidades del río Huacapa, las cuales fueron destrozadas parcialmente durante las lluvias generadas por el huracán John.
Hasta dicho lugar llegaron personalidades del ámbito político, como el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, el ex líder Parlamentario del PRI en el Congreso local, Héctor Apreza Patrón y la ex diputada local Gabriela Bernal Reséndiz.
También se miró al dirigente estatal del PRD, Mario Ruiz Valencia, al presidente del Consejo Estatal del mismo partido, Marco Antonio Organiz Ramírez y al ex alcalde se Acapulco, Jesús Evodio Velázquez Aguirre.
El ambiente que prevaleció fue de tristeza, hubo llantos y sollozos durante los rezos, pero se generaron espacios en que de manera espontánea, la concurrencia levanta la voz para exigir justicia.
Arcos Catalán tenía 43 años, su ingreso a la política se remonta por lo menos a la adolescencia, los primeros años en el PRI y de la mano del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Fue funcionario en el Ayuntamiento de Chilpancingo en la segunda administración de Héctor Astudillo Flores, en la que se desempeñó como director de catastro municipal.
Fue diputado local, ya en las filas del PRD de 2012 a 2015 y siempre tuvo en la mira la aspiración de ser presidente municipal.
Entre las particularidades que caracterización a Arcos Catalán, se encuentra la facilidad para involucrarse en los problemas de las colonias y de establecer contacto con las familias, muchas madres lo adoptaron como un hijo más, lo que se pudo observar en los recorridos de su campaña de proselitismo, que terminó con el triunfo en los comicios del 2 de junio.
Durante los últimos años y particularmente ante los efectos generados por la narcoviolencia, Arcos se convirtió en un promotor constante de la pacificación, recurrentemente difundía mensajes en esa ruta, incluso cuando no tenía espacios de participación política.
La del 2 de junio de 2024 fue la segunda ocasión en que contendió por la presidencia municipal y ganó, tras un descalabro en las urnas recibido en 2021 frente a la ex presidenta Norma Otilia Hernández Martínez.
«Le quedaste grande a Chilpancingo», reza una de las consignas que se pegaron en la entrada principal del Ayuntamiento, que para el mediodía del lunes ya tenía un moño negro en señal de luto, además, los ciudadanos que acudieron colocaron una gran cantidad de veladoras en forma de cruz.
Plaza
abarrotada
El féretro ingresó a la catedral de la Asunción antes de las 15:00 horas; para entonces, era evidente que el número de asistentes había crecido de manera evidente.
En las inmediaciones de la catedral se observó a personajes muy arraigados en la ciudad, como el empresario Pioquinto Damián Huato, ex diputado federal del PRD y ex candidato del MC a la alcaldía de Chilpancingo.
Estuvo el ex diputado local del PRI, Bertín Cabañas López, el ex diputado local del PAN, David Tapia Bravo, el ex secretario general de Gobierno y ex fiscal en la entidad, Jesús Ramírez Guerrero, además del dirigente estatal del PRI, Alejandro Bravo Abarca y el ex dirigente estatal del partido del sol azteca, Alberto Catalán Bastida.
Terminada la misa de cuerpo presente, el féretro llevado hacia las puertas del Ayuntamiento, pasando a través de una valla humana que se organizó de manera espontánea.
Al paso del cortejo las vivas y las porras de campaña resurgieron.
También se intensificaron los gritos de justicia y no pocos asistentes, hombres y mujeres rompieron en llanto.
El silencio que prevaleció la noche del domingo se rompió para la jornada del lunes, en un ejercicio de catarsis colectiva en donde la palabra justicia estuvo a la par del reconocimiento al presidente que no tuvo la oportunidad de vivir su mandato de tres años, pues fue asesinado escasamente a una semana de haber rendido la protesta de rigor.
El cortejo fúnebre se llevó a cabo a las 13:30 horas, recorriendo las calles de Chilpancingo para que la ciudadanía pueda rendir homenaje a quien fuera su alcalde.
Tras la misa de cuerpo presente en la iglesia de La Asunción de María, donde familiares, finalmente, el cuerpo de Alejandro Arcos fue cremado a las 16:00 horas, dando parte al cierre a una jornada de luto para la capital del estado.
El compromiso de Alejandro Arcos Catalán con la comunidad deja un legado que, pese a la tragedia, inspira a seguir luchando por la paz y la seguridad en Guerrero.