MARCIAL CAMPUZANO
CHILPANCINGO, GRO.
El sacerdote Baltazar Vega informó que los integrantes de los grupos delictivos mantienen su respeto hacia los ministros de culto religioso de la Iglesia Católica, sin ser además molestados en sus parroquias tanto en los centros urbanos como en las comunidades.
Esa actuación quizás se debe a que todavía hay temor de los grupos delincuenciales para con la Iglesia, dijo el también presidente del Consejo Interreligioso del Estado de Guerrero que está integrado por 22 Asociaciones Religiosas.
En entrevista, el presbítero dijo que afortunadamente todavía se mantiene el respeto hacia los sacerdotes, todos trabajan en la normalidad en sus parroquias, luego de los casos de violencia ocurridos hace algunos años contra curas en la región Norte de Guerrero.
Como titular de la parroquia del poblado de Amojileca que pertenece al municipio de Chilpancingo, el padre Baltazar Vega Ramos sostuvo que no ha tenido dificultades, y que mantiene una relación cordial, amigable y de buena comunicación con los habitantes de esa localidad distante a 7 kilómetros al poniente de la capital del estado.
Aclaró que una de las funciones primordiales de los ministros de culto religioso es promover el amor, la paz, la buena convivencia y la fraternidad entre los fieles católicos y no católicos.
En los últimos tiempos los sacerdotes de la Iglesia Católica y miembros de otros cultos religiosos, se convirtieron en promotores de la paz en los pueblos, “nuestro trabajo es muy personal, nuestro trabajo es en las misas del día domingo, en las catequesis que tenemos, en las escuelas de estudio, de reflexión bíblica donde tocamos estos temas”, dijo el padre Balta.
Los sacerdotes también contribuyen con terapias para la reconciliación y el perdón a través del diálogo, de la comunicación.
Citó que en las últimas fechas aumentó la presencia de personas en las parroquias en busca de esperanzas, de aliento, de consuelo; buscan en las iglesias una luz que ilumine su mente, sus sentimientos, pero sobre todo la reconciliación.
Informó que vista frecuentemente la comunidad de Chautipan situada kilómetros delante de Amojileca hacia la Sierra de Chilpancingo, para darle consuelo y fortaleza a las familias que perdieron a sus seres queridos. Pidió al gobierno que no los dejen solos porque se trata de personas de muy escasos recursos económicos.
“No he dejado de ir a Chautipan, platico con esas personas, es lamentable, es muy triste lo que pasó, y la labor de la iglesia y del sacerdote es precisamente el consuelo, la fortaleza espiritual y apoyarlos porque son gente muy pobre”, indicó.