La pesadilla del fentanilo: consumidores cuentan su experiencia
*El fentanilo es un opioide sintético cien veces más potente que la morfina y que se ha convertido en la principal causa de decesos entre adictos en Estados Unidos
*»Sientes un dolor intenso de huesos, sufres de vómitos hasta padecer una sobredosis en la que no puedes respirar»: Consumidor. |
BLANCA VALADEZ
MILENIO/CDMX
El cuerpo hierve, te quema por dentro y ni las duchas constantes disminuyen su intensidad. Se siente un dolor intenso de huesos, sufres de vómitos y diarreas constantes hasta padecer una sobredosis en la que no puedes respirar. Así describe Pedro, consumidor por tres años de fentanilo, lo que denomina la “malía”, o síndrome de abstinencia que duran hasta 40 días, por lo que dejar de consumir resulta casi imposible.
Pedro, de 32 años, consumió el fentanilo dentro de un centro penitenciario en Baja California. Fueron tres años de inhalar e inyectarse a diario en brazos, aunque en las últimas etapas ya se buscaba las venas del cuello porque las venas se le adelgazaron, desaparecieron.
“Mi experiencia fue muy mala, duré tres años, me inyectaba en la mañana, al mediodía y en la tarde. Empecé a enflacar, a hablar menos con mi familia. Hacía cosas denigrantes para poder conseguir eso, a meterme en problemas. La ansiedad me llevó a estrellarme contra la pared, a golpear la pared dañándome seriamente, me la pasaba cinco o seis horas en el baño, para que me cayera agua helada, y hacia ejercicio de dos a tres horas seguidas.
“Es una droga que tiene un impacto muy fuerte en las personas, llegas a grados de prostituirte, de robar, matar; hacer cosas que no quieres hacer”, recordó Pedro quien se encuentra bajo tratamiento en uno de los pocos centros de rehabilitación donde recibe a adictos al fentanilo, conocido como Creead Zona Uno Granja Jóvenes, en Ensenada, Baja California.
Cuando salió de la cárcel siguió consumiendo, todo un mes se la pasó en las calles hasta que su familia intervino. “Mi experiencia con el fentanilo no se lo recomiendo a nadie, es una droga muy adictiva, es la más fuerte que yo he conocido”, relató Pedro en entrevista con Milenio.
“Yo agradezco a mi familia que me hayan traído porque uno no piensa, solo quiere consumir y consumir y cada vez se hace más fuerte la adicción. Es una droga que te va deteriorando física y psicológicamente, sentía que los brazos se movían solos. A mi casi me cortan la mano porque llegue inyectarme mal, incluso me estaba inyectando en el cuello, puros malos pensamientos”, detalló tras recordar que mínimo al día gastaba en drogas mil 500 pesos.
El problema del consumo de fentanilo como droga ilegal se concentra en el norte del país y las estadísticas reportan 430 casos de personas que solicitaron atención en 2023. Se trata de un opioide sintético cien veces más potente que la morfina y que se ha convertido en la principal causa de decesos entre adictos en Estados Unidos.
En el centro de rehabilitación comparte experiencia grupal con Ángel, de 15 años, y quien pasó de la mariguana al fentanilo, droga que comenzó a consumir en Chicago y luego en territorio nacional.
“Yo probé fentanilo desde los 13 años, esa droga tenía como mucha fama. Estaba en un cuarto con unos amigos y de repente sacan una pastilla azul, la ‘M30’, que es una mezcla de fentanilo con cristal, la fumé y me hice adicto desde la primera vez. He tenido ocho sobredosis por fentanilo, y me han salvado con naloxona (es un medicamento que revierte rápidamente una sobredosis de opioides), y aun cuando sientes la muerte, solo quiere seguir y seguir. Nomás quería sentir esa sensación de adrenalina, de sentir caliente el cuerpo y luego te quedas como si estuvieras dormido”.
Ángel comenzó a inhalar y con el tiempo subió la dosis. “Yo vi cómo fallecían por el fentanilo, pero solo pensaba en conseguir más, en las mismas redes sociales. Hoy en día me encuentro en un centro donde ya tengo nueve meses y, me siento mejor, aunque las consecuencias fueron graves. La malía me causó fuerte dolores huesos y muchos trastornos en la mente, me rascaba mucho. No recomiendo a nadie que la pruebe, te haces adicto de inmediato”, precisó el adolescente.
El menor llegó a gastar 80 dólares por seis pastillas diarias, luego 30 dólares por un gramo de polvo de fentanilo, dinero que conseguía robando.
Martín, de 30 años, consumió por dos años fentanilo y solía consumir otra droga, pero su distribuidor lo enganchó con ese opioide que lo hizo sentir todos los trastornos de la abstinencia. Incluso, llegó a pensar en el suicidio por la ansiedad y la fuerte depresión desarrollada tras dos años de consumo diario.
“Comencé a consumir más fentanilo y se fue deteriorando mí físico. Me empecé como a, se podría decir, pudrirse mi cuerpo, me salieron llagas por tanto consumo”, explicó Martín.
Llegó también al centro de rehabilitación por la familia. Fue difícil porque duró “bastante tiempo sin dormir” y luego lo invadían los “malos pensamientos” que comenzaron a disiparse y reconocer sus problemas de consumo, a acudir a las citas individuales y grupales terapéuticos.
Actualmente, Martín lleva un año limpio en el ‘Creead Zona Uno’ Granja Jóvenes, en Ensenada, Baja California’. Se ha convertido en una especie de guía para los de nuevo ingreso y aporta su experiencia junto con un grupo de psiquiatras, psicólogos, personas dedicadas a tratar adiciones.
Hace unas semanas el gobierno federal lanzó la campaña ‘Aléjate de las drogas. El fentanilo te mata’. Una estrategia que, a decir de José Manuel Castrejón, especialista en adicciones, debe acompañarse de recursos, capacitación de personal, estrategias basadas en evidencia científica y en las mejores prácticas internacionales.