Vigil acepta que traficantes estadounidenses son quienes meten fentanilo a EU
*Ex líder de la DEA señala que militarización de la frontera no es efectiva para frenar el ingreso de fentanilo
*Para Vigil, la solución no está en aumentar el despliegue militar, sino en cambiar la estrategia
*También sugirió que se prioricen las detenciones de distribuidores dentro del país y que se combata el tráfico de armas hacia los carteles
PABLO RUBIO
EL IMPARCIAL
El fentanilo sigue siendo una de las mayores amenazas para la salud pública en Estados Unidos, y su tráfico no se detiene a pesar de los esfuerzos militares en la frontera con México.
Mike Vigil, exdirector de Operaciones Internacionales de la DEA, advirtió en una entrevista con EFE que la estrategia actual de militarización no es efectiva para frenar el ingreso de este opioide sintético al país.
Según Vigil, la mayoría del fentanilo que cruza la frontera estadounidense lo hace a través de los puntos de entrada oficiales, camuflado en vehículos que pasan por las garitas.
A diferencia de lo que algunos discursos sugieren, el exlíder de la Agencia Antidrogas Estadounidense enfatizó que quienes transportan esta droga en su mayoría no son inmigrantes, sino ciudadanos estadounidenses.
A pesar del despliegue de 10 mil militares en la frontera y la reciente detención de 220 sospechosos en operativos contra el narcotráfico, Vigil subraya que estas acciones no lograrán frenar el flujo de fentanilo.
“Podrían desplegar 100 mil soldados y otros tantos del lado de Estados Unidos a vigilar la frontera y van a fracasar, porque casi todo el tráfico de fentanilo sucede por las garitas, donde la mayoría de los traficantes detenidos son ciudadanos estadounidenses”, declaró a EFE.
Sus afirmaciones se respaldan con datos del gobierno de Estados Unidos. La Comisión de Sentencias de ese país indica que cerca del 90% de las detenciones por tráfico de fentanilo ocurren en los puntos de entrada oficiales, y que el 86.4% de los procesados son ciudadanos estadounidenses.
Asimismo, un informe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicado en septiembre confirma que “más del 90% del fentanilo interceptado se detiene en los puertos de entrada” y que los traficantes suelen ser estadounidenses que conducen los vehículos.
Para Vigil, la solución no está en aumentar el despliegue militar, sino en cambiar la estrategia.
“Que las autoridades incrementen recursos y tecnología en la frontera, pero que reduzcan la demanda entre los estadounidenses”, propuso.
También sugirió que se prioricen las detenciones de distribuidores dentro del país y que se combata el tráfico de armas hacia los carteles.
Si continúan el tráfico de armas y el apetito de los estadounidenses” por el fentanilo, insistió, “no vale de nada lanzar misiles contra laboratorios”.
El fentanilo es hasta 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Su alto nivel de letalidad ha convertido a esta droga en una de las principales causas de sobredosis en Estados Unidos.
Los traficantes suelen mezclarlo con heroína, cocaína o pastillas falsas, lo que aumenta exponencialmente el riesgo de sobredosis debido a su potencia y la dificultad para detectarlo.
El problema del fentanilo no es solo un asunto de seguridad fronteriza, sino una crisis de salud pública que requiere estrategias integrales y soluciones más allá de la militarización.
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