Piden identificación de 2 cuerpos exhumados en Ajuchitlán de Guerra Sucia

*Hay omisión de las autoridades, señalan familiares

*“En la Fiscalía estatal nos aseguran que sí es posible identificarlos genéticamente, pero que no cuentan con los reactivos o materiales adecuados”, dijo un familiar

LUIS DANIEL NAVA/APRO
CHILPANCINGO, GRO.

Dos víctimas de la Guerra Sucia no han sido identificadas legalmente por omisión de la Secretaría de Gobernación, a pesar de que sus restos ya fueron exhumados dos hace un año en la sierra de Guerrero, acusaron familiares.

A la presidenta Claudia Sheinbaum le exigieron investigar la actuación del Ejército en la entidad en esa época, castigo a los militares culpables y la reparación del daño.

Este día, hijos de víctimas de personas desaparecidas, ejecutadas y sepultadas en fosas clandestinas de 1967 a 1971 en la sierra de Ajuchitlán del Progreso, en los límites de la Costa Grande y la Tierra Caliente, denunciaron en Chilpancingo la omisión de las fiscalías y del gobierno federal.

Octaviano Gervasio Serrano del Colectivo de Esposas Hijos de la Guerra Sucia del municipio de Atoyac de Álvarez y Estela Arroyo de la Asociación de Ejidos y Comunidades, Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos y Grupos Vulnerables, recordaron que del 4 al 8 de septiembre de 2023 fueron recuperados por autoridades estatales y federales, con ayuda de familiares, los cuerpos de siete víctimas.

La exhumación fue en fosas clandestinas en las inmediaciones de Los Espadines y en el cerro Las Desdichas en la sierra de Ajuchitlán del Progreso.

Las víctimas recuperadas fueron identificadas genéticamente Gervasio Bernardino Duran, Bartolo Rojas Nazario, Apolonio Hernández Bernardino, José Isabel Rojas Bernardino y Pablo Rojas Terán, que al momento de su ejecución tenía 14 años.

Hace falta por identificar a Eduviges Ovillada Ortiz y Francisco Rojas Nazario.

Octaviano Gervasio -hijo de Octaviano Gervasio Benítez, desaparecido el 26 de julio de 1974 y cuyo nombre se encuentra en las listas de los vuelos de la muerte- señaló al respecto:

“En la Fiscalía estatal nos aseguran que sí es posible identificarlos genéticamente, pero que no cuentan con los reactivos o materiales adecuados, por eso hacemos un llamado a la Secretaría de Gobernación, para que se logre la identificación de las otras dos víctimas”.

Pidió, además, la búsqueda y exhumación de José Santos González, una octava víctima desaparecida.

El abogado informó que en la sierra habría los cuerpos de otras 13 personas ejecutadas por soldados, esto a raíz de una operación del Estado que masacró y desapareció a cientos de campesinos inocentes de la sierra con el pretexto de combatir la guerrilla de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.

En la conferencia, la señora Antolina Rojas Bernardino, de 64 años e hija de Bartolo Rojas Nazario, narró la madrugada del 20 de diciembre de 1967 cuando cientos de militares irrumpieron en Los Espadines.

“Yo vi cuando llegó el Ejército desde muy temprano cuando sacaron a mi padre, a mis tíos, y a mi primo Pablito. Ese recuerdo no lo puedo olvidar.

“Éramos siete niños, por eso no fuimos a la escuela. Estábamos dormidos todavía cuando escuchamos la balacera y llegó alguien corriendo que dijo ‘ya cayó Gervasio (Bernardino Durán), fue el primero que cayó mi tío, hermano de mi madre.

“Ya mi papá se fue, yo anduve con él corriendo, las balas nos pasaban por los pies. Mi papá se vistió de mujer para que no le tiraran, pero de todos modos lo encontramos tirado, ya muerto, sin vida. Yo vi cuando pararon algo con patas como eso (un tripié) y cayeron muchas bolitas de colores (luces)”.

“Yo pensé que mi padre se había salido de la comunidad. Ya cuando dice mi mamá ‘baja vamos a traer a tu papá”.

En ese momento las lágrimas le brotaron a Antolina y detuvo el relató

“No puedo pues, todavía lloró, me da pena llorar”, expresó.

Suspiró profundamente y continuó:

“Éramos muy niños. Los acabaron a todos. Yo vi cuando iban corriendo Pablito y Francisco. Pablito era un jovencito de 14 años, ahí cayó bocarriba junto con mi tío Francisco. A todos los acabaron, a nosotros nos pusieron las armas, a mi mero me anotaron(apuntaron), yo tuve miedo, iban vestidos de verde. Se llevaron todo lo que teníamos, jabón, todo, no se llevaron las gallinas porque no pudieron”.

Lo que pide, dijo, es justicia.

“Yo tengo fe en la doctora, presidenta de nuestro país (Claudia Sheinbaum), que sí nos va a hacer justicia”.