Asesinados en Tlacoachis eran parte de un grupo religioso
* Los 3 hombres habían llegado a instalar un centro de rehabilitación a Ometepec
LUIS HERNÁNDEZ
OMETEPEC, GRO.
Los 3 hombres asesinados el pasado martes 21 de enero en el municipio de Tlacoachistlahuaca, pertenecían a un grupo religioso católico que se dedica al apoyo de personas con adicciones de diversa índole.
De acuerdo con una pesquisa de este medio en redes sociales, se encontró que el gafete y las playeras que los hombres portaban corresponde a “CRREAD Unidad de Tratamiento Especializado en Adicciones”, centro de orientación para adictos que está avalado por la Conadic y la Secretaría de Salud.
Mediante la cuenta de Facebook de “Josué Soberanis”, se pudo confirmar que este era uno de los 3 tripulantes que viajaban en la camioneta Chrysler tipo Pacífica, de color vino, la cual fue atacada a balazos la tarde de este martes 21 de enero sobre la carretera estatal Ometepec – Tlacoachistlahuaca, en el paraje conocido como Las Tortolitas, a 2 kilómetros y medio de la cabecera municipal de Tlacoachistlahuaca.
Incluso horas antes de su deceso, Josué en su cuenta de Facebook hizo una publicación de su visita a la Catedral Santiago Apóstol y en una tercera publicación anunció el pasado 7 de enero que se había mudado a Ometepec.
Josué Soberanis Parra era originario de San Luis la Loma, comunidad de Tecpan de Galeana, y en redes sociales se ha señalado que es sobrino de la actual alcaldesa, Alba Soberanis Hernández; sin embargo, este dato no se pudo confirmar y la funcionaria no ha publicado nada al respecto en sus redes sociales.
En el caso de los otros dos sujetos que fueron asesinados, hasta el momento no hay más información y sólo se pudo confirmar que pertenecían al mismo grupo y estaban tratando de establecer una sede en Ometepec.
Como recordaremos, los hechos se registraron el pasado martes 21 de enero, en esa ocasión los sujetos fueron acribillados cuando viajaban de regreso a Ometepec y aunque llegaron algunas autoridades a ayudar a los heridos, 3 de ellos ya no tenían signos vitales.
Más tarde la zona fue resguardada por elementos del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y Policía Estatal, mientras que el personal de la Fiscalía General del Estado se encargó de hacer las diligencias correspondientes, y al terminar, los cuerpos fueron llevados a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) en Acapulco.