Organizaciones y comuneros dan el último adiós a Suástegui

*Machete en mano, los pobladores exigen justicia

*Acompañan al cortejo fúnebre policías comunitarios de San Luis Acatlán

*La delegación de la CNTE sostuvo que en casos como éste, “los hechos dicen mas que mil palabras”

ROGELIO AGUSTÍN/SNI
CACAHUATEPEC, GRO.

Machete en mano y con el reclamo de justicia, pobladores y activistas de diferentes organizaciones sociales acompañaron el último adiós de Marco Antonio Suástegui Muñoz, cuyos restos mortales fueron sepultados en Cacahuatepec, en la zona rural de Acapulco.

Suástegui Muñoz fue atacado a balazos la noche del 19 de abril en el acceso de playa Icacos, en la zona turística de Acapulco, durante una semana luchó por su vida, hasta que finalmente murió la jornada del viernes 25.

Su cuerpo realizó el último recorrido en las tierras que defendió del proyecto hidroeléctrico de La Parota, al ponerse al frente de un movimiento que le costó ser llevado a prisión por lo menos en un par de ocasiones.

El cortejo fúnebre en Cacahuatepec estuvo acompañado por dirigentes de organizaciones sociales de diferentes puntos de la entidad, que desde la jornada del viernes demandaron que haya una investigación que permita ubicar a los responsables para que en el caso no haya impunidad.

La delegación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) sostuvo que en casos como este “Los hechos dicen mas que mil palabras”.

Para el magisterio disidente, lo sucedido en contra del dirigente social es una situación aberrante que no se debe permitir más, porque se trata de acciones que van encaminadas a callar a las voces disidentes.

“El llamado es para todas y todos, esta muerte no debe quedar impune, debemos pedir una profunda investigación, el magisterio jamás estará de acuerdo con actitudes arrogantes, que solo perjudican la estabilidad”, dijo la representación magisterial.

El féretro del dirigente social estuvo acompañado por integrantes de la Policía Comunitaria de San Luis Acatlán, que llegaron ataviados con sus uniformes integrados por sus pantalones de tela sencilla y sus playeras color verde olivo.

Al frente del contingente que caminó las polvosas calles de Cacahuatepec, se colocó un grupo de pobladores con machete en mano, los que recurrentemente levantaban en todo lo alto para recordar una de las expresiones características del dirigente asesinado.