Cuatro heridos y 7 detenidos, deja enfrentamiento en Marquelia
*Para la detención del comandante Jesus Calleja Clemente (a) el comandante Chucho y de varios Policías Ciudadanos, se organizó un mega operativo de al menos 300 efectivos militares, de la Guardia Nacional y de la Policía Estatal
*El resultado fue de 7 detenidos, quienes fueron trasladados a Chilpancingo, para ser puestos a disposición del MP Federal
*Una vez que a sangre y fuego fueron detenidos los policías ciudadanos, los militares bloquearon alrededor de una hora la carretera Acapulco-Pinotepa
FERNANDO SANTAMARÍA
FRANCISCO JAVIER HERNÁNDEZ
MARQUELIA, GRO.
Un total de 7 integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), entre ellos su coordinador en Marquelia, Jesús Calleja Clemente, alias el comandante Chucho, fueron detenidos tras cruentos enfrentamientos a balazos en la cabecera municipal de Marquelia, con elementos del Ejército Mexicano, de la Guardia Nacional y de la Policía del Estado.
A los detenidos les aseguraron armas de fuego y dos camionetas marca Dodge, tipo RAM, color negro con logotipos de la UPOEG.
Estas detenciones generaron un cruento enfrentamiento entre upoegistas y militares, que terminó con un saldo de cuatro heridos.
Dos de los heridos fueron trasladados a Ometepec para su atención médica, por intervención de los mismos policías ciudadanos, siendo ellos Ronaldo Galeana y Daniel Alfonso. El diagnóstico de ambos era de gravedad.
A dos más, Carlos Rocher y otro cuya identidad no fue revelada, los auxiliaron los mismos militares, quienes intentaron que médicos locales los atendieran, pero no les fueron recibidos porque ya tenían exposición de masa encefálica, de acuerdo con lo que trascendió en esta comunidad.
Hasta el cierre de esta edición, sus familiares seguían buscándolos e incluso bloquearon el puente de acceso a la cabecera de Marquelia, en demanda de que se les notifique dónde están tanto los presos como los heridos.
Cabe decir que inicialmente se dijo que un elemento de la Policía Ciudadana había sido abatido por los militares. Se trataba de Carlos Rocher, el alias de “Cali”, vecino de la localidad de Tepantitlán (El Paso) y cuyo cuerpo había quedado tirado cerca del puente de Marquelia; sin embargo, más tarde se dijo que resultó lesionado de gravedad.
El antecedente
El operativo para la detención del comandante regional de la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos, Organizaciones y Ejidos del Estado de Marquelia (UPOEG) Jesús Calleja Clemente, (a) el comandante “Chucho”, estaba anunciado desde el día miércoles, 4 de mayo, cuando éste con varias decenas de sus improvisados elementos, retuvieron por varias horas a dos patrullas de infantes de la Secretaría de Marina (Semar) Armada de México.
En ese entonces, hace casi dos meses, un oficial de la Semar le habría reclamada a un adolescente, aparentemente menor de edad y que ya fungía como policía ciudadano, el uso de un pantalón militar; este reclamo molestó en gran manera al comandante Chucho, quien apoyado de varias decenas de sus elementos encerró a los infantes de la Semar por varias horas, y sólo los liberó ante la intervención del presiente municipal de Marquelia, Lincer Casiano Clemente.
Sin embargo, previo a la liberación de los infantes de la Semar, el comandante Chucho y otros integrantes de la UPOEG, los amenazaron con palos y terminaron humillando verbalmente al oficial al mando diciéndole: “La verdad, pensábamos manearlo, somos muchos y ya viene toda la Costa, te pensaba maniar y ponerte en el puente, carnal, sale, pero por el presidente municipal, que es nuestro amigo y nuestro mando en el municipio, vamos a dejar esto aquí”.
Las declaraciones del comandante Chucho, mismas que fueron retomadas por noticieros nacionales, calaron hondo en el orgullo castrense, quienes, extraoficialmente, manifestaron que ya no estaban dispuestos a permitir mas atropellos de los grupos armados, sobre todo de la UPOEG, todo esto derivado de la tolerancia que les prodigaba el gobierno del Estado de Guerrero.
El operativo
A partir de la detención de los marinos, registrada el miércoles 4 de mayo pasado, todo parecía en orden, pues incluso suele haber colaboración entre upoegistas y otras corporaciones.
Los grupos de la UPOEG siguieron sus actividades cotidianas, instalando varios puntos de la cabecera municipal de Marquelia para pedir cooperaciones.
Sin embargo, según fuentes extraoficiales, los militares y marinos se dedicaron a estudiar los movimientos de los policías ciudadanos para determinar sus rutas de desplazamiento y de colocación de retenes para diseñar la estrategia de captura.
Enfrentamientos
Teniendo como marco una exposición fotográfica presentada en el ayuntamiento de Marquelia, por lo menos cinco unidades de militares del 48 Batallón de Infantería, con alrededor de 150 elementos, arribaron a la cabecera municipal marquelina; así mismo y de manera discreta ingresaron por lo menos cuatro unidades de la Guardia Nacional, con alrededor de cien elementos.
Finalmente ingresaron alrededor de seis patrullas de la Policía Estatal; todos estos efectivos se distribuyeron en diferentes puntos de la pequeña ciudad, incluido el puente.
Fuentes extraoficiales revelaron que los integrantes de la UPOEG, al mando del comandante Chucho, comenzaron a realizar sus recorridos al ver tanta presencia militar en Marquelia.
Con todo un plan de acción diseñado previamente, los militares y elementos de la Guardia Nacional interceptaron tres camionetas en la intersección del bulevar de Marquelia y la carretera Marquelia-San Luis Acatlán, muy cerca del puente, donde se bajaron de sus unidades para intentar dialogar con los policías de la UPOEG, mismos que se habrían negado al diálogo y comenzaron a agredirlos de manera violenta. Para entonces ya estaban armados con “palos” improvisados, lo que provocó que, en primera instancia, los militares retrocedieron hacia el puente, mientras que los policías ciudadanos avanzaban sobre ellos, logrando golpear a varios uniformados.
Mientras los militares retrocedían y los policías de la UPOEG los golpeaban, ciudadanos de Marquelia les gritaban: “¿Se van a seguir dejando?”
Enseguida comenzaron a escucharse disparos, aparentemente por parte de los militares, para frenar la agresión.
Una vez que se escucharon los primeros disparos de los militares, los policías ciudadanos de la UPOEG comenzaron a huir en diferentes direcciones; sin embargo, en ese preciso momento comenzaron a aparecer los militares que estaban distribuidos en los diferentes puntos de la ciudad.
Fueron varios disparos aislados de calibres menores los que se escucharon en primera instancia, seguidos de por lo menos tres descargas de armas de grueso calibre.
Se tuvo conocimiento que una de las tres camionetas logró a darse a la fuga, quedando en el lugar sólo dos unidades de color negro donde viajaban varios elementos de la Policía Ciudadana, desconociéndose a ciencia cierta cuántos detenidos hubo durante este operativo, debido al hermetismo oficial, pues no dejaban acercarse al lugar donde se concentraron; incluso colocaron camiones como barricadas, con la intención de estar alertas en caso de una reacción por parte de los demás elementos de la Policía Ciudadana.
Más noche se supo que son 7 los elementos de la UPOEG arrestados, incluido el comandante Chucho Calleja, y su padre, José Clemente.
La huida
de Chucho
Aparentemente en cuanto se armó la balacera, el comandante Chucho huyó del lugar del enfrentamiento y se dirigió a pie hacia la presidencia municipal del Marquelia, donde los militares lograron interceptarlo y someterlo frente al Ayuntamiento, casi esquina con la calle Norte.
Después de un salvaje forcejeo, los militares desarmaron a Jesús Calleja Clemente y a empellones los subieron a una patrulla de la Policía del Estado, para trasladarlo a escasos 200 metros hasta el módulo de información turística de Marquelia, donde se encontraba la base provisional de operaciones de los militares.
El comandante gritaba que le avisaran a sus familiares, y se resistió en todo momento a ser detenido. Los militares lograron subirlo a una patrulla de la Policía Estatal, y lo concentraron en el crucero del puente, donde ya había otros detenidos y gritaban que por defender al pueblo se los estaban llevando.
Aproximadamente a una hora de iniciado el operativo, a los lejos, como un gesto de desesperación, se escuchó una descarga de AK-47, lo que alertó a los militares y provocó que los vecinos se encerraran en sus hogares.
Fueron por lo menos 4 los heridos en esta refriega; sin embargo, por el hermetismo de los militares, no se sabe con certeza cuántos fueron heridos por las balas y cuántos por los golpes.
Extraoficialmente se sabe que por lo menos uno de los elementos de la Policía Ciudadana falleció en el lugar de los hechos, mientras que varios fueron llevados a diferentes clínicas particulares y posteriormente trasladados a otros nosocomios.
Una vez que terminaron de atender a los heridos, y que se aseguraron de haber sometido a los detenidos, y una vez que los elementos de la Fiscalía General del Estado tomaron parte de los hechos, los militares, en medio de un fuerte operativo, se llevaron a los detenidos con rumbo al 48 Batallón de Infantería.
Una vez en Cruz Grande, los detenidos fueron trasladados a bordo de un helicóptero, que despegó de la unidad deportiva de Cruz Grande hacia Chilpancingo, donde serían puestos a disposición del Ministerio Público Federal.
El epílogo
Trascendió que luego de la refriega, varias personas sospechosas merodearon el lugar del enfrentamiento.
Luego, hacia las diez de la noches, los familiares de los detenidos bloquearon intermitentemente el puente de Marquelia, para exigir la liberación.
En respuesta, en San Marcos, una pipa de gas fue atravesada en la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional, muy cerca del puente, donde además fueron cerrados negocios, puestos de comercio informal, gasolineras y la mayoría de los pobladores se encerraron en sus casas.
En Acapulco, bloquearon en al menos una docena de puntos, lo que desquicio la vialidad.
Además, en las inmediaciones de la colonia 10 de Abril, donde varias decenas de unidades del transporte público bloquearon la carretera federal que comunica a Acapulco con el municipio de San Marcos.