México no tan sólo será autosuficiente en energías, también será exportador de combustibles
SINLÍNEAMX
CIUDAD DE MÉXICO
La oposición nunca se planteó crear una infraestructura de esta envergadura en el sureste mexicano y mucho menos la rehabilitación de un puerto, una inmensa construcción civil, diversas obras de ingeniería y una planta de cogeneración de electricidad de más de 200 megawatts. Proyectos que crearon miles de empleos y derrama económica para la zona y para las empresas que participaron.
Y mientras la oposición critica la construcción de la refinería, en días recientes Stephen Nalley de la Agencia Internacional de Energía declaró que no veía a los combustibles líquidos, como la gasolina o el diésel, ni al gas natural perder su lugar como las dos principales fuentes de energía de los Estados Unidos al año 2050.
Mike Wirth, director general de Chevron, dijo en entrevista que por mantener el valor de sus acciones, aunque su empresa está dispuesta a comprometer el tiempo y el capital para construir una refinería, no lo hace porque los gobiernos insisten en dejar de usar combustibles en un futuro próximo. Cosa que no lograrán.
Por lo tanto, la decisión de Chevron, se realiza con base en la especulación de regulaciones gubernamentales que puedan afectar su valor en bolsa, más que en proyecciones de la demanda sustentadas en un análisis tecnológico.
La oposición en México promueve teorías disfrazadas de ecología, pero no nos dicen que cuando hablan de la “teoría económica” se refieren al paradigma que le da preeminencia al mercado sobre la intervención gubernamental, desechando, incluso, la historia económica de Europa y Estados Unidos que nos demuestra que fueron decisiones gubernamentales de política industrial lo que hizo que la mayor parte de la capacidad de refinación del mundo se concentrara en esas regiones.
Lo que México realizó en Dos Bocas es, precisamente, una decisión de política industrial acompañada, además, de una de seguridad energética.
Mientras algunos en México, nos dicen que construir una refinería no tiene sentido económico ni de seguridad energética, pues Estados Unidos es un socio confiable que jamás nos cerraría el flujo de combustibles por razones políticas.
Nuestro hoy aún proveedor de combustibles ha cerrado sus refinerías y su capacidad de refinación, además, ante el contexto de las sanciones al petróleo ruso podría cambiar su regulación para poder surtir sus propias necesidades.
Vale la pena preguntarse ¿tendrá nuestro vecino y “socio confiable” la capacidad y voluntad de seguirnos vendiendo si el precio del petróleo llega a rebasar los 200 dólares por barril? ¿O preferirá surtir a su propia población y a Europa?
En 2022, con precios elevadísimos de materias primas como el acero, fletes exhorbitantes y la cadena de suministro interrumpida, hubiera sido imposible construir una refinería. La seguridad energética es importante en todo momento, pero en el contexto actual es indispensable. La decisión del presidente López Obrador de construir la Refinería Olmeca en Dos Bocas, previo a la llegada de la pandemia y la guerra en Europa del Este, fue la mejor decisión en el mejor momento.
Finalmente la política de construcción y rehabilitación de refinerías en México, no solo llevarán a nuestro país a la autosuficiencia energética, sino que nos colocará como exportadores de combustibles. Y por ello estamos seguros que la oposición sigue equivocada.