Cierran 40 escuelas por violencia en pueblos de la Costa Grande

KARLA BENÍTEZ/BP
SANTA ROSA DE LIMA

Al menos 40 escuelas de quince comunidades de la parte alta, media, y zona Costera de la sierra de los municipios de Tecpan de Galeana, y Petatlán están sin clases.

La violencia en la Costa Grande de Guerrero provocó el cierre de escuelas de nivel básico desde diciembre de 2022, que ha dejado en la incertidumbre a cerca de mil 500 alumnos.

En algunas zonas la suspensión del ciclo escolar inició en diciembre del año pasado: “No tenemos maestros en el kínder, en la secundaria, bachillerato, ni doctor, no tenemos nada porque se fueron”, contó Pablo Mejía, comisario de Las Mesas.

“Se fueron de vacaciones en diciembre, pero ya no regresaron a clases por miedo; me pedían que me hiciera cargo de su seguridad pero cómo hago eso”, expuso.

Tan sólo en Las Mesas, cinco maestros abandonaron las aulas por temor a que se registren más ataques armados.

El comisario dijo que a la par de la crisis de inseguridad, el pueblo atraviesa por el desabasto de médicos desde hace seis años, que huyeron tras ser amenazados. 

En otros casos el cierre se extendió desde este lunes, tras una irrupción de la Policía Estatal que presuntamente fue infiltrada por tres  integrantes de un grupo delictivo, en el poblado de El Parotal.

Pobladores relataron que las escuelas cerraron “algunas desde hace quince días, y otras el lunes, porque las mamás tienen miedo”.

Sobre la carretera principal, en el poblado de Los Laureles se observaron las aulas desoladas del preescolar “Rosaura Zapata”, y la escuela primaria “Profesor Caritino Maldonado Pérez”.

Otras de las localidades afectadas son: Coyuquilla Norte, Santa Rosa de Lima, Río Verde, La Lajita, Palomar, El Parotal, Las Mesas.

Así como El camarón, El Mameyal, San Antonio Las Tejas, El Porvenir, Corrales, La Pinca, y El Durazno, está última fue atacada por un grupo delictivo el pasado 10 de diciembre en donde fueron asesinados siete hombres.

En este lugar, en agosto de 2022 nueve profesores fueron desplazados tras recibir amenazas de que serían asesinados.

A pesar de que las autoridades guerrerenses y federales han instalaron una Base de Operaciones Mixta en la zona, los estragos del brote de violencia en Guerrero continúa afectando a sus residentes, quienes se han visto obligados a parar parte de sus vidas.