Conmemoramos a nuestros antepasados afroindios que lucharon por libertad e independencia: Edgardo

BOLETÍN/AYUNTAMIENTO
CUAJINICUILAPA, GRO.

(Palabras emitidas en la ceremonia cívica de izamiento de la Bandera nacional a toda asta, en la plaza cívica, el 16 de septiembre)

La guerra de Independencia tiene su origen en la urgente necesidad de rebelión de los pueblos mesoamericanos conquistados y colonizados por los europeos.

Las luchas de nuestros pueblos mesoamericanos o indígenas por liberarse de la esclavitud a que fueron sometidos, por vía de la encomienda, comenzaron en los primeros años de la colonización.

Por causa de esa explotación cruel e inhumana a que los europeos los sometían, el número de los pobladores de estos territorios que ahora conocemos como México fue menguando hasta casi conseguir su extinción, por lo que, a mediados del siglo XVI se comenzó a traer a negros esclavizados del África para trabajar en las minas, en el cultivo de la caña de azúcar y en las haciendas ganaderas, mayormente.

En consecuencia, los esclavos negros también lucharon por liberarse, siendo la huída el método utilizado para escapar de la esclavitud desde su llegada a territorio novohispano, y se tienen noticias de que ya desde 1503 huían y se juntaban con los indígenas para sobrevivir, y de que en 1523 andaban muchos alzados en las Zapotecas, en lo que ahora es el estado de Oaxaca.

Posteriormente, lo hicieron para ser reconocidos como personas, con derecho a ser dueños de tierras donde vivir y a las que cultivar, como en el caso de los cimarrones que acaudilló Yanga en Veracruz, quienes pudieron negociar su pacificación a cambio de tenerse por libres y de que les reconociera, fundándose el pueblo de San Lorenzo de Los Morenos.

Pero muchos otros grupos de negros africanos esclavizados lucharon por todo el territorio de la Nueva España para conseguir su libertad, como ocurrió en la ciudad de México, donde la primera rebelión que protagonizaran data de 1537, la cual terminó en una matanza de los rebeldes.

Con los años, el mestizaje hermanó a los indígenas y a los negros, muchos de los cuales buscaban, si no su libertad física, porque algunos nacidos de madres indias eran ya reconocidos como libres, sí buscaron tener los mismos derechos humanos que sus colonizadores.

A estas luchas se sumó la aspiración de no ser ya dominados y explotados por los europeos y sus aliados, representados por las autoridades virreinales, dependientes de la Corona española, y la Iglesia católica, sino que el poder y la riqueza de la Nueva España también beneficiaran a todos los novohispanos. Es decir, se comenzó a luchar abiertamente porque la Nueva España ya no dependiera de España.

Con la captura del rey español por los franceses, a principios del siglo XVII, se abrió la posibilidad de que la Nueva España se independizara: el movimiento encabezado por Miguel Hidalgo se vio obligado a luchar por la vía armada para conseguir este propósito, aunque no de manera clara, y sería con el liderazgo del mulato o negro José María Morelos cuando se luchara de manera inequívoca por la independencia.

Atendiendo a los intereses de los afroindios que nutrieron su lucha, Miguel Hidalgo decretó abolida la esclavitud, eliminando el sistema de castas, aunque esta abolición no se concretó sino hasta 1829, cuando, el 15 de septiembre de ese año, el presidente de los Estados Unidos Mexicanos Vicente Guerrero, negro, como nosotros, la abolió de manera oficial.

Después de la muerte de Miguel Hidalgo a manos de los realistas, el caudillo del movimiento fue José María Morelos, quien conquistó gran parte del territorio nacional para la causa independentista; sin embargo, fue capturado y asesinado, por lo que le correspondería a su subalterno Vicente Guerrero continuar luchando por la causa, hasta que pudo lograr un pacto con el realista Agustín de Iturbide, firmando la conclusión de la guerra en 1821.

Con ello se logró obtener la independencia e iniciar la fundación de un nuevo país, que, a la postre, se llamó Estados Unidos Mexicanos, en cuya conformación se incluyeron los postulados de los independentistas.

Éstas, pues, son las causas por las que ahora recordamos a nuestros antepasados, muchos de quienes lucharon y dieron la vida para que se constituyera este país, es decir: México. Y sólo recordamos a los conocidos e ilustres como Hidalgo, Allende, Aldama, Josefa Ortiz, Rayón, Mina, Morelos, Guerrero, los Galeana, los Bravo, Matamoros, Juan Álvarez y, entre nosotros, a Juan del Carmen, Francisco Atilano Santa María y Juan Bruno “El Africano”, aunque ellos fueron los líderes de cientos de miles de personas, cuyos nombres no conocemos, que también lucharon por lo mismo: libertad e independencia.

¡Bien aventurados sean nuestros héroes!